En estos días, el tema de educar utilizando medios virtuales, ha generado una serie de sentimientos y emociones en todos los que participamos en el proceso de enseñanza y aprendizaje.
En estos días, el tema de educar utilizando medios virtuales, ha generado una serie de sentimientos y emociones en todos los que participamos en el proceso de enseñanza y aprendizaje.
No solo los papás, ya no saben qué hacer con sus hijos en esta nueva realidad, si no que los docentes también hacen todo lo posible por brindar todo su conocimiento a sus estudiantes. ¡Extrañan las aulas y ¡mucho!
Extrañan cuidar los detalles en el salón de clases, escuchar las historias de sus estudiantes, las preguntas atolondradas e interesantes, las cantadas de cumpleaños feliz, las risas, los llantos en los recreos y las conversaciones con los adolescentes de sus historias de amor.
La modalidad de educación virtual ha llegado para quedarse, pero genera muchos retos personales para cada uno de nosotros.
A lo largo de estas semanas que se vuelven meses, cada docente ha experimentando una pérdida muy fuerte, no solo ha dejado de levantarse temprano todos los días, con la convicción de que va a cambiar el mundo, ha perdido el cariño cercano y el afecto de sus estudiantes. No hay abrazos ni besos diarios como antes, no ven las sonrisas de sus estudiantes tan seguido.
Pero a pesar de esto, el docente se mantiene convencido en que todo esto pasará y pronto volverá a reunirse con su razón de ser: nuestros hijos con los que a veces, comparte más tiempo que nosotros mismos, con los que se convierten en su familia, en sus “hijos” del corazón, con ellos con los cuales quizás compartía siempre su merienda o almuerzo.
Lo realmente cierto, es que cada uno de los docentes da todo lo que tiene para dar y lo hace con cariño y vocación, porque la educación es eso: entrega y servicio.
Dada su importancia, los ojos del docente no pueden dejar de brillar y trasmitir esa alegría por aprender, por inspirar, por impactar, especialmente ahora en tiempos de cambio.
Por todo lo anterior y convencidos que nuestros docentes, necesitan seguirse luciendo en sus clases, y dando esa calidez a nuestros estudiantes, hemos elaborado algunas recomendaciones, para que puedan seguir impactando a tantos estudiantes y por ende a sus familias:
- Recuerda que en este tiempo de angustia e incertidumbre, lo fundamental es que el estudiante sienta tu cercanía más que nunca: antes de iniciar la clase, separa algunos minutos para conversar con los estudiantes, sobre un tema de interés.
- Cada vez que te sientas a planear tus clases de la semana, la quincena o el mes, considera el sentido de posibilidad y urgencia de tus estudiantes. Contextualiza y prioriza el contenido curricular con el momento histórico que vivimos y protagonizamos.
- Anima siempre a tus estudiantes a dar más y esto no significa hacer más ejercicios de matemática o gramática. Es dar más ahí en su familia, consigo mismo.
- Nutre no solo el intelecto de tus estudiantes, sino cada uno de sus corazones: saca espacio para un correo adicional, un mensaje positivo al final de la clase.
- Innova para crear expectativas en tus estudiantes, sorpréndeles saliendo de tu zona de comodidad, pide ayuda a otros si es necesario.
- Educa siempre promoviendo los valores que te caracterizan como persona y te hacen trascender como docente.
- Ten presente siempre que las emociones positivas tienen efectos beneficiosos sobre los procesos de aprendizaje: la memoria, la atención y la resolución de conflictos.
- Usa siempre lenguaje claro y afectivo en las clases.
- Inicia cada sesión recordando las reglas: micrófono apagado, video encendido, levantar la mano para hablar etc.
- Utiliza elogios a lo largo de la clase.
- Usa al humor a favor del proceso de enseñanza y aprendizaje, según la edad de tus estudiantes.
- Brinda a tus estudiantes la posibilidad de elección. Así, se sentirán más partícipes y menos espectadores a lo largo de la clase. El objetivo es que ellos ¡no quieran que la clase se acabe!
- Experimenta emociones como: el asombro, el orgullo, la esperanza, la diversión y el interés, así contagiarás a tus estudiantes.
- Toma conciencia de las palabras puramente negativas como “no” o “pero”
- Haz preguntas en vez de ordenar, de manera que invites a los niños y jóvenes a ser partícipes y den sus puntos de vista. Es importante seguir creciendo en criticidad.
- Formula preguntas en positivo.
- Transmite tu trabajo con mucho amor, pasión, compromiso y autenticidad.
- Siéntete siempre orgulloso del gran trabajo que haces porque así lo proyectarás.
- Mantente en comunicación con las familias de tus estudiantes. Así sabrás si existen situaciones especiales propias de la época que tendrás que acompañar (enfermedad de familia, muerte, desempleo entre otros)
- Mantén claro tu objetivo en esta crisis mundial, y recuerda que en este momento lo más importante es promover la salud mental de los niños y jóvenes, ya habrá más tiempo para las buenas o malas notas.
- Brinde una instrucción a la vez, esto permitirá que la clase pueda ser fluida.
- Utilice material llamativo para la explicación de clase, así los estudiantes pueden despertar el interés y la curiosidad por la materia.
- Da paso a la creatividad, hazte amigo/a de la tecnología, por medio de las plataformas de acceso a las clases virtuales, hay emoticones, diferentes filtros, puedes utilizarlos y a los estudiantes les llamará la atención.
- Puedes crear juegos con la misma materia, por ejemplo, en vez de hacer una típica pregunta, puedes crear “quien quiere ser millonario”, así serán las mismas preguntas, pero en modo juego los estudiantes no las sentirán tan tediosas.
- Toma unos minutos de la clase para conversar con ellos no de la materia, si no, como han estado, como se sienten, ya que desde casa los estudiantes tienen esa necesidad por hablar con sus compañeros con los cuales hace mucho no comparten.
- Practica la empatía con tus estudiantes, no es fácil esta nueva realidad, tal vez sus padres están en casa abrumados y ellos atrapan ese sentimiento, haz de la clase un momento feliz y ameno.
- De oportunidad a los estudiantes de brindar una retroalimentación a la clase, por ejemplo: ¿Qué aprendieron?, ¿estuvo interesante el tema?, ¿les gustó la actividad?, entre otras preguntas generadoras de contenido valioso a la hora de planear las próximas clases.
- El momento de la clase no debe ser tedioso, por ejemplo, si algún estudiante tiene algún problema de conexión a la clase, dele la oportunidad de enviar el trabajo luego o un espacio donde puedan conectarse luego, así el estudiante no estará angustiado por haber perdido por completo la clase.
- Brinde el espacio para la creatividad, por ejemplo si las instrucciones del trabajo era recortar y pegar, pero el estudiante decidió también pintar y agregar algún detalle extra, está bien, mientras se esté logrando un proceso de aprendizaje.
- Las expectativas de lo que se desea lograr en una clase deben de estar claras, pero también sea flexible, si por algún motivo la clase no cumplió al 100% con sus expectativas, no pasa nada, es un aprendizaje para reconocer que se debe de ir mejorando poco a poco.
Aplauso de pie para cada uno de ustedes. Nuestro cariño y admiración.
Servicios que podrían interesarte
- Psicopedagogía
- Terapia psicológica a estudiantes
- Asesoría psicoeducativa
- Valoraciones
- Atención a estudiantes con necesidades educativas especiales
- Coaching para estudiantes