Las investigaciones relacionadas con los periodos de sueño y vigilia demuestran la enorme importancia de este proceso para el buen funcionamiento del cerebro.
Además de tener funciones adaptativas, ayuda a nuestro cuerpo a adecuarse al entorno, a descansar y a recuperarse fisiológicamente. El sueño está relacionado con los procesos cognitivos, sobre todo, con la consolidación de los aprendizajes. De este modo, la falta de sueño puede disminuir la función de los sistemas atencionales, las destrezas motoras, la motivación, las habilidades del pensamiento, la memoria, las capacidades de planificación y ejecución. Una de las causas más frecuentes de alteración en el comportamiento es la sobreexcitación del sistema nervioso, dado que necesita del sueño y descanso para recuperar energía y consolidar aprendizajes.
Al experimentar emociones a partir de la música, interviene la misma región cerebral que se activa ante otras actividades placenteras, como comer o reír.
El sueño no solo tiene una función adaptativa o reparadora, sino que se relaciona con los procesos cognitivos y con funciones tan complejas como el aprendizaje y la memoria.
Los cuatro pilares del desarrollo de la salud de los niños y niñas son: una alimentación saludable y equilibrada, buenos hábitos de higiene, un ejercicio físico adecuado y el descanso. En una sociedad en la que cada vez se nos exige más, resulta muy complejo conciliar la jornada laboral o académica y los compromisos socio familiares con estos cuatro pilares fundamentales para una vida saludable, siendo el descanso la más afectada de todas.
¿Por qué es importante un descanso adecuado?
Dormir es una actividad fundamental. Durante este proceso se llevan a cabo funciones fisiológicas imprescindibles para el equilibrio psíquico y físico del individuo, como, por ejemplo: reparar el organismo para un funcionamiento en condiciones óptimas, eliminación de residuos celulares del cerebro, y se consolida la información captada en los procesos de aprendizaje y memoria.
¿Qué le puede ocurrir a mi cuerpo si no duermo lo suficiente?
Si es frecuente, la falta de sueño ocasiona alteraciones metabólicas y endocrinas que incluyen la disminución de la tolerancia a la glucosa y de la sensibilidad a la insulina, cambios en el equilibrio de los sistemas principales del cuerpo, concentraciones elevadas de cortisol por la tarde, aumento del nivel de grelina (promueve el apetito) y reducción de los niveles de leptina (promueve la saciedad). Existe una relación entre la privación del sueño y el aumento del riesgo de obesidad y diabetes.
Tanto la música como el pensamiento y el aprendizaje van a estar estrechamente relacionados con la educación, llegar a enriquecer diversas y diferentes relaciones interpersonales, a mejorar nuestro conocimiento y aprendizaje, y finalmente evitar los estereotipos que existen en la sociedad. La música aporta beneficios en el proceso de enseñanza influye en la manera de actuar y de pensar de las personas y contribuye a modificar la forma en que los adolescentes conocen y comprenden la realidad que los rodea es una herramienta interdisciplinaria en el desenvolvimiento de la enseñanza. El aprendizaje puede fácilmente acompañarse de estrategias que incluyan la música de modo que exista conocimiento, motivación por aprender y enfrentar dificultades en nuestro ámbito social. La música aumenta la capacidad de recordar, procesa de forma sinfónica entre varias partes del cerebro a la vez provoca emociones ya sean positivas o negativas ayuda a la imaginación y la creatividad.
El sueño afecta, también, a la función metabólica ya que ante la falta de éste se incrementan los niveles de las hormonas que regulan el hambre y el apetito.
La privación de sueño explicaría un alto porcentaje del fracaso escolar puesto que disminuye el tiempo de reacción, se produce una desaceleración de la velocidad de comprensión y aparecen episodios de somnolencia en el que se produce una desconexión de nuestra atención. Problemas con el inicio o el mantenimiento del sueño estarían directamente relacionados con una mayor incidencia de problemas de atención e impulsividad detectables en las puntuaciones de los test que determinan el Trastorno por Déficit de Atención. Se trata de habilidades básicas, lo que quiere decir que si un estudiante desarrolla problemas en esta área a causa de la falta de sueño, podría tener una repercusión sobre su proceso de aprendizaje. Además, afecta directamente a nuestra comunicación afectiva y a la interpretación de las emociones de otros.
La calidad del sueño cambia en la vejez
A través de los años se puede ver que el sueño se hace más corto. Esto puede deberse a un proceso de envejecimiento, a desórdenes del sueño o al desarrollo de malos hábitos para dormir. Al parecer, en la vejez, los pacientes presentan mayor sensibilidad a los estímulos ambientales por la noche, lo que naturalmente provoca un cambio en la calidad y cantidad de sueño. Además, los cambios inmunológicos y metabólicos asociados a la deprivación del sueño se evidencian fuertemente, pues la falta crónica de sueño origina hiperfagia (aumento excesivo por la necesidad de comer) y una elevación de la glucosa sérica debido a la resistencia a la insulina (prediabéticos).
Consejos para implementar una buena higiene del sueño
- Procurar los mismos horarios regulares para acostarse y levantarse.
- Mantener buenos hábitos de alimentación.
- Evitar excitantes como bebidas energéticas y reducir o suprimir el consumo de azúcar.
- Practicar algún ejercicio de relajación antes de acostarse.
- Dar paseos o realizar actividad física a la luz del día. Esto facilitará el aumento de melatonina en la noche y, por consiguiente, un mejor sueño.
- Repetir cada noche una rutina de acciones que ayuden a prepararse mental y físicamente para irse a la cama. Lavarse los dientes, ponerse el pijama, preparar la ropa del día siguiente…
- Disponer de un entorno apropiado para dormir (silencioso, oscuro y con temperatura agradable).
- Intentar reducir el desfase del horario del sueño entre los fines de semana y los días lectivos. Es común que los estudiantes se vayan a la cama mucho más tarde y se levanten más tarde, retrasando, de este modo, su ciclo natural de sueño.
- Desconectarse de los aparatos electrónicos, al menos, una hora antes de irse a la cama. Estos aparatos tienen un espectro específico de luz que le mandan señales al cerebro, el falso mensaje de que deben seguir despiertos.
- Eliminar cualquier dispositivo luminoso de la habituación cuando se va a dormir. La ausencia de luz facilita el inicio del sueño y ayuda a la metabolización de los residuos celulares acumulados durante la vigilia.
- Si se acostumbra a dormir siesta, evitar que ésta dure más de 30 – 35 minutos, para evitar llegar a la fase III/IV del sueño. Esta fase se caracteriza por un sueño profundo y al despertarnos en ella nos encontraremos cansados y de mal humor, además de correr el riesgo de alterar el siguiente ciclo de sueño.
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