El animé y la influencia en la vida del adolescente

Antes de entrar en el tema de la adolescencia y la influencia que tiene el animé en esta población, es imperativo conocer sobre esta expresión artística. Sus raíces, propósitos y características principales.

Este arte llamado “animé” proviene de Japón, país que tomó la palabra francesa (animé que significa animado) para darle nombre a sus dibujos animados en televisión.

Una de las principales características de estos animados son sus gestos estrambóticos y su accionar exagerado, representando al pie de la letra el género de animé al cual pertenecen. Esto quiere decir que si son del género romántico, todo, absolutamente todo su accionar, hablar y sentir será romántico.

Por ello, nunca verás mezclarse un animé romántico con un animé gore que es oscuro y violento.

Animé, manga y otros términos

Con esto dicho, es probable que te estés preguntando qué es exactamente lo que tu hijo consume, si animé o manga o si estas dos cosas son lo mismo. La diferencia entre ellos no es mucha, esta radica en el hecho de que el animé se observa en pantallas (televisión, películas) y la manga son las historietas o cómics en papel.

En la actualidad, existe un término que hace referencia a la persona que tiene como pasatiempo favorito el animé o el manga. Este término es “otaku” y se reconoce así al fanático a esta expresión artística japonesa.

Este grupo de personas no se agrupan necesariamente en una tribu urbana, la mayoría de ellos no son reconocidos visualmente como sí lo pueden ser los darks, punks o emos. Los otaku se pueden relacionar y mezclar perfectamente con cualquier otra tribu urbana y compartir con otros otaku fuera o dentro de estos grupos.

Sin embargo, existen quienes llevan su fanatismo a un extremo y se conocen con otro nombre “hikikomoris”, cuyo significado en japonés es “encerrado” por lo que salen poco de sus casas y no mantienen tantas relaciones sociales. Esto por dedicar su tiempo al animé o manga y tener la sensación de no ser comprendidos por otros.

Su impacto en adolescentes

Conociendo estos aspectos básicos del animé y la manga, es importante que resaltemos uno de los principios más importantes de la adolescencia, etapa esencial y sumamente relevante en la vida de las personas.

Según la Teoría del desarrollo Psicosocial de Erikson, los adolescentes se encuentran en el momento de explorar su identidad, intentando responder la interrogante “¿quién soy?”.

Esta etapa y el deseo de conocerse a sí mismos realmente, les permite explorar sus posibilidades y en ocasiones llegando a percibir esta búsqueda como un aspecto que genera confusión sobre su propia identidad.

Por esta razón es que el animé puede tomar un papel protagónico en la vida del adolescente, ya que estas caricaturas y sus personajes muestran emociones y sentimientos de forma explícita y con los cuales se pueden sentir altamente identificados.

Géneros de animé

Así, dependiendo de las experiencias vividas, personalidades o carencias afectivas, los adolescentes se orientarán por los diferentes géneros de animé disponibles en el mercado. Dentro de los cuales destacan los siguientes:

  • Shonen: generalmente trata de un joven inmerso en un mundo de acción, aventura y combate
  • Seinen: más violento y con aires de terror psicológico o gore
  • Shojo: su base está en el romance y las relaciones sociales, orientado a la fantasía
  • Josei: romántico, pero más real y maduro que el shojo
  • Kodomuke: dejan enseñanzas morales.

Estos anteriormente descritos son los más populares dentro de los adolescentes, no obstante, existen otros géneros como el ecchi que presenta imágenes sumamente eróticas.

Los adolescentes, a quienes les apasiona el animé, suelen involucrarse a profundidad con la trama, dedicando horas a estos e incluso incursionando en diferentes géneros para identificar el predilecto. Esto en muchos casos hace que los chicos se sientan tan atraídos e identificados, que participan de eventos cosplay, donde se sienten realmente acorde a lo que por dentro son.

Entendiendo a los adolescentes

El principal factor influyente en los adolescentes que les apasiona el animé es la violencia explícita que se observa. Así como la expresión visual exagerada de emociones y sentimientos que son propios de la adolescencia y que, en muchos casos, no son socialmente permitidos expresarlos de la manera en que desean o son desvalorizados por los adultos.

Es por ello que no es casualidad que una de las características que más llama la atención de estos adolescentes es el aislamiento o el reconocimiento en sociedad como “raros”, “frikis o geeks”. Lo cual es generado por la incomprensión que surge hacia el gusto por el animé o la manga.

Incluso, el Otaku puede tener dentro de su círculo social dos realidades: los amigos “normales” y los amigos “anormales”. Quienes vendrían siendo los que comparten esta pasión.

Todo esto sitúa a los adultos ante un reto que consiste en aceptar, tolerar y guiar al adolescente en su búsqueda de identidad. Evitar limitar sus gustos por el animé o la manga, pero cerciorarse en todo momento que el contenido no vaya a resultar peligroso para él.

¿Y a vos qué te detiene?

Ayudando a mis hijos a vencer miedos

Como adultos, es común que no comprendamos muchos de los miedos que tienen los jóvenes. Incluso que minimicemos sus temores porque consideramos que son “insignificantes”, “drama” o “exageración”.

Sin embargo, los temores en la adolescencia deben ser valorados, ya que es justo en este periodo cuando más nos necesitan. Cuando más requieren soporte, acompañamiento y sensación de empoderamiento, y que nosotros como padres y docentes somos quienes les podemos aportar.

Para poder comprender estos temores y poder brindar herramientas para vencerlos, es necesario tener claro qué es un miedo. Además, no podemos obviar las características propias de la adolescencia, que son tan importantes esta etapa de la vida.

Cuando se hablamos de miedo, hacemos referencia a ese conjunto de emociones y sensaciones que surgen ante un peligro, ya sea real o imaginario.

El miedo es bueno porque nos permite la supervivencia. No obstante, también nos puede llegar a limitar cumplir muchos deseos y sueños en la vida.

Comprendemos que lo que provoca temor en cada persona es diferente. Depende de la situación, el contexto, la personalidad, su historia única y particular de vida.

El miedo en adolescentes

El miedo hace que busquemos en nuestra mente el peor de los escenarios. Aún cuando en muchas ocasiones ni siquiera llega a ser verdaderamente una situación perjudicial para nosotros. Por eso debemos ayudar a los adolescentes a vencer miedos.

En el caso de los adolescentes, es muy probable encontrar con muchos miedos, temores e inseguridades. Según Erik Erikson, en la adolescencia se da la exploración de la identidad versus la difusión de la identidad. Es decir, están construyendo y respondiendo a la interrogante ¿quién soy?

Y es que, si nos ponemos en sus zapatos por un momento, podríamos quizás entender que no es sencillo lidiar con los cambios hormonales, la emotividad, cambios de humor repentinos, el querer pertenecer, los cambios físicos y el tratar de descubrir qué personalidad tengo.

Todos estos factores, más las demandas sociales, académicas y familiares, pueden provocar que los adolescentes tengan miedos.

¿Miedo a qué?

  • A ser expuestos
  • Miedo a fallar
  • A ser rechazado
  • Miedo a decir no y que se burlen de mí
  • A intentar cosas nuevas
  • Miedo a escoger una carrera profesional

Ahora bien, nuestra labor como adultos, como padres, es ayudarles a superar y vencer estos miedos. Ayudarles a orientanr esa energía hacia algo positivo, que aporte a su vida.

Entonces, como padre, como madre o docente, ¿qué es lo que NUNCA debes hacer?
Toma nota:

  1. Reírse de sus problemas, miedos e inseguridades. Para ellos estos aspectos son reales y les lastima
  2. Transmitir más miedo o inseguridad de la que ya existe, dando comentarios inadecuados o que generen inseguridad
  3. Obligarlo o forzarlo a enfrentar a cosas o eventos que teme. Primero debe estar preparado y se debe contar con herramientas para dar soporte
  4. Transmitir miedos o temores personales. Recuerda quien es el adulto, y es el menor de edad quien le necesita
  5. Reforzar el miedo, dándole mayor relevancia de la que debería tener.

Por otra parte, hay muchas cosas que SÍ podemos hacer como padres de un hijo adolescente para ayudarle a vencer esos miedos. Entre ellas te recomiendo:

  • Procura entender el miedo de tu hijo, validando sus sentimientos y emociones, de manera que te presentes ante él como una persona empática
  • Toma en serio sus temores, sin entrar en comparaciones con otros adolescentes
  • No lo sobreprotejas. Permítele que empiece a tomar decisiones y a enfrentar situaciones desde sus propias herramientas
  • Aprende a negociar con tu hijo. Evita imponer el seguimiento de reglas inflexibles, que sólo van a generar inseguridades a la hora de enfrentarse al mundo por sí solo
  • Reconoce cuando hace las cosas bien
  • Recuerda y enséñale que parte del aprendizaje es equivocarse, y que levantarse para volver a intentarlo es una cualidad de campeones.

Finalmente, nunca olvides que el miedo es bueno y necesario en la vida. Sin embargo cuando les impide a los jóvenes ir al colegio, salir con sus amigos o tener una vida plena, se debe buscar ayuda de un profesional.

No lo fuerces, dale el ejemplo siendo valiente y resiliente. Empodéralo desde los aspectos más pequeños y sobre todo, asegúrate de que tu hijo se sienta siempre querido.

Recuerda que el amor y la compañía de un padre y de una madre hacia su hijo todo lo pueden.

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