Estrés, ansiedad y depresión en adolescentes

Nuestro rol como adultos

La adolescencia es una etapa del desarrollo donde la tarea más importante a cumplir, según E. Erikson, es el poder responder la pregunta ¿quién soy? 

Dentro de la búsqueda de esta respuesta, el adolescente se enfrenta a una serie de cambios tanto a nivel social, sexual, físico y de toma de decisiones. 

En muchos casos, los adultos no manejan de manera asertiva las conductas y comportamientos de esta población, incurriendo en justificaciones o hasta minimizaciones de estados emocionales. Que si no se atienden a tiempo, pueden ocasionar situaciones lamentables.

Aunado a los cambios y retos esperados para esta etapa, muchas familias se enfrentan a modificaciones a nivel interno: divorcios y separaciones, nuevas familias y familias extendidas. Por lo que el camino del adolescente suele estar lleno de muchas emociones que no siempre sabe identificar o manejar.

Además, muchos colegios enfocados en lo académico, ofrecen currículos con validez internacional, que son altamente demandantes y que muchos estudiantes asumen sin comprender claramente lo que esto significa.

Estrés, ansiedad y crisis ansiosa

Las emociones, son y existen. Son necesarias para que todos crezcan a nivel emocional y permitan el desarrollo de habilidades que van a ser necesarias para el resto de la vida, pero, ¿cómo identificar cuando uno de nuestros adolescentes está experimentando un estado emocional y cuándo lo que está ocurriendo es un incremento o escalada en la intensidad de esa emoción?

Como padres, cuidadores y responsables de los jóvenes tenemos la responsabilidad de observar muy bien lo que ocurre y expresan nuestros jóvenes de manera que podamos distinguir la intensidad de cada emoción.

Estrés

Según la Organización Mundial de la Salud, el estrés es: “el conjunto de reacciones fisiológicas que prepara el organismo para la acción».

Es decir, cuando hay exámenes, proyectos por entregar, presentaciones artísticas, deportivas o culturales, es decir, ante un evento que se puede identificar, es “normal”, que nuestros adolescentes experimenten cierto grado de estrés, que les permita lograr su objetivo.

No obstante, si este estrés o presión les ocasiona reacciones exageradas a nivel físico y de pensamiento debemos poner atención y atender lo que ocurre con la importancia que requiere ya que podría confundirse el estrés con la ansiedad.

Ansiedad

Es una emoción, donde se experimenta una sensación de un peligro amenazador en que la causa no está totalmente reconocida por la persona y en el que la sensación de miedo es evidente y poco controlable.

La ansiedad, a diferencia del estrés, no tiene razón aparente identificable, son nuestros pensamientos que se imaginan cosas que no han ocurrido y que centra su atención en eso impidiendo nuestro desempeño regular.

La ansiedad presenta algunos síntomas físicos que se pueden observar con facilidad entre ellos:

  • Sensación de nerviosismo
  • Sensación de mucha actividad o agitación
  • Sensación de peligro inminente
  • Aumento del ritmo cardíaco
  • Respiración acelerada 
  • Sudoración
  • Temblores en diferentes partes del cuerpo
  • Sensación de debilidad o cansancio
  • Problemas para concentrarse o para pensar en otra cosa que no sea la preocupación actual
  • Tener problemas para conciliar el sueño
  • Padecer problemas gastrointestinales 
  • Tener dificultades para controlar las preocupaciones
  • Tener la necesidad de evitar las situaciones que generan ansiedad

Es importante comentar que existen diferentes tipos de ansiedad: como la agorafobia, la fobia social, la ansiedad por separación, el trastorno de pánico entre muchos otros más.

Depresión

Según el DSM V, la depresión es un trastorno frecuente que implica un estado de ánimo deprimido y/o la pérdida casi completa de interés o placer en actividades que antes se disfrutaban; son frecuentes las manifestaciones somáticas por ejemplo cambio de peso, alteraciones del sueño; dormir mucho o muy poco y las cognitivas, dificultad para concentrarse o disfrutar de actividades que antes le daban satisfacción.

Al revisar la definición se puede observar que los síntomas o características de estos estados emocionales nos dan señales de alerta y es nuestra responsabilidad apoyar a nuestros hijos – hijas para darles el apoyo que necesitan.

Es importante atender los síntomas de un posible cuadro depresivo, ya que los síntomas pueden incrementarse hasta provocar en los jóvenes, ideación o intento suicida.

Si en algún momento su hijo o hija manifiesta deseos relacionados con la muerte, no minimice, ni ignore, actúe de manera inmediata y llévelo lo antes posible a una valoración con el médico especialista en psiquiatría.

Recuerde estar pendiente y no incurra en el error de asumir que las dificultades que presentan los adolescentes son propias de la edad y que son “pasajeras”.  Ya que quedarse culpando a la etapa de la adolescencia de los cambios de humor y conducta puede conllevar a situaciones de riesgo para ellos, como la ideación e intento suicida, que ya de por sí según datos de la OMS es la segunda causa de muerte en el mundo, donde Costa Rica, definitivamente no se queda atrás.

Si necesita ayuda al respecto, contáctenos.

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Inteligencia emocional y aprendizaje

Podemos afirmar que las emociones influyen en nuestros procesos cognitivos como lo son la memoria, en el lenguaje, en los niveles de atención e, incluso, en la toma de decisiones. Existen seis emociones básicas presentes en diversos contextos culturales: miedo, alegría, tristeza, ira, disgusto y sorpresa.

Las emociones son la expresión o respuesta de un organismo ante estados internos causados por un evento o estímulo (externos o representaciones). Las emociones se caracterizan por generar un comportamiento dirigido hacia un objetivo, conllevar un cambio en la cognición o percepción del mundo, ser evidenciables mediante gestos interpretados socialmente, ser inconscientes y automáticas inicialmente. 

Los sentimientos son experiencias introspectivas de un organismo que surgen a partir de la consciencia del estado emocional. Una característica del sentimiento es tener una valencia positiva o negativa (agradable o desagradable), producto del juicio consciente de la emoción 

Por lo tanto, se puede afirmar, entonces, que existen emociones sin sentimientos, pero no sentimientos sin emociones. Además, de esta forma, ambas serían medibles y cuantificables.

La inteligencia emocional viene a aportar positivamente al desarrollo del aprendizaje. Se conoce como inteligencia emocional a la capacidad de percibir con exactitud, valorar y expresar emociones. También es la capacidad de encontrar y/o generar sentimientos cuando éstos faciliten el pensamiento; y poder comprender y regular las emociones para promover el crecimiento emocional e intelectual.

Esta permite que las personas mejoren sus conductas y actitudes en el entorno de aprendizaje y se desarrollen habilidades como: autoconciencia, autoestima, autocontrol, empatía, comunicación y escucha asertiva. Es de suma importancia permitir que los estudiantes comprendan las emociones que experimentan frente a las situaciones que atraviesa, así como entender que es posible sentir diversas emociones. 

Los cuatro pilares de la inteligencia emocional

  1. Percibir las emociones: Percibir las emociones con precisión para así poder comprenderlas y responder a ellas de forma asertiva.  
  2. Razonar con las emociones: Utilizar las emociones para promover el pensamiento y la actividad cognitiva. Las emociones ayudan a priorizar aquello a lo que es primordial prestar atención y por tanto reaccionar, respondiendo de este modo emocionalmente a las cosas que captan nuestra atención.
  3. Comprensión de las emociones: Las emociones que percibimos pueden tener a una gran variedad de significados, por esto debemos de preguntarnos ¿cómo me siento?, ¿qué pienso?, ¿qué quiero?.
  4. Gestión de las emociones: Capacidad de gestionar con eficacia las emociones es crucial. La regulación de las emociones, responder de manera apropiada, y saber cómo y cuándo responder a las emociones de los demás, son todos aspectos importantes de la gestión emocional.
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El estrés dentro del proceso de aprendizaje

Con frecuencia y facilidad expresamos o escuchamos frases como: “estoy estresado”, “ya no puedo más con el estrés”, “no puedo dormir por tanto estrés”, entre otras frases conocidas que puedan estar presentes en nosotros mismos, en familiares, nuestros hijos, miembros cercanos o entre el ambiente laboral. El estrés aunque es muy común en nuestro diario vivir, tiene consecuencias negativas, aunque por sí solo sea una reacción natural. 

Pero ¿afecta el estrés en el proceso de aprendizaje?. Primero, lo que se debe de entender por estrés, es que es una reacción fisiológica de nuestro organismo en el que entran en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante, de demanda incrementada o sensación de falta de control.

Nosotros como seres humanos buscamos el equilibrio conocido como homeostasis. Cuando nos sometemos a estrés, ese equilibrio se ve amenazado por ciertos eventos a nivel físico o psicológico (detonantes/estresores). El estrés tiene múltiples efectos en el cuerpo, pero su objetivo esencial es prepararnos para la acción inmediata, provoca alteración a nivel cerebral y los procesos de toma de decisiones. El estrés surge como una respuesta evolutiva que estaba orientada a mantenernos vivos y a salvo de las amenazas, nos coloca frente a la toma de control sobre la situación. 

El estrés en su fase negativa (denominada distrés), comienza cuando el nivel de estrés aumenta y se mantiene a lo largo del tiempo, afecta la salud y el rendimiento físico y cognitivo, aparecen las enfermedades, la más común es la depresión, accidentes, irritabilidad, fatiga, falta de atención concentración, dificultades de comunicación, baja productividad y creatividad, y el proceso de aprendizaje se ve enormemente afectado. 

Síntomas del estrés en los estudiantes

Los síntomas suelen estar, muchas veces enmascarados por diversos trastornos del comportamiento, dando una imagen totalmente engañosa. La manifestación de los síntomas es muy diferente según la edad y personalidad del niño o niña.

  • Hacia los 3 años: se manifiesta a través de condiciones graves de carencia emocional, por tanto se presenta retraimiento, indiferencia, retraso en el comportamiento motor y especialmente en el lenguaje.
  • De los 3 a los 12 años: las manifestaciones sintomáticas incluyen alteraciones del sueño, apetito, falta de autonomía para vestirse y controlar esfínteres o una necesidad constante de llamar la atención de los adultos.
  • Hacia la adolescencia: cobran mayor complejidad y están vinculadas a modificaciones psicoafectivas propias de la edad.

Estrategias de control y mitigación del estrés

La mejor forma de enfrentar el estrés es que las personas ejerzan una respuesta positiva ante los cambios que se van produciendo en su vida. Eliminar por completo el estrés es algo imposible y poco conveniente, el mejor tratamiento es tratar de mantenerlo en su fase positiva y utilizarlo como una fuerza impulsora, impidiendo que se convierta en un elemento perjudicial e inhibidor. 

Algunas estrategias para controlar el estrés:

  • Realizar ejercicio físico
  • Mantener una alimentación sana 
  • Tener tiempo de ocio y calidad
  • Aprender técnicas de relajación
  • Crear un ambiente positivo dentro del hogar, en la familia, en el trabajo, en la institución educativa. 
  • Procurar una higiene del sueño

Sin embargo, actualmente la mayoría de dichas situaciones son ajenas a nuestro diario vivir, están fuera de nuestro control y debemos de tomar acción positiva sobre esto. Un cierto grado de estrés es esencial para nuestra salud y rendimiento. Sin algo de estrés surge el aburrimiento, la falta de estímulo producto de una falta de estrés. Un nivel óptimo de estrés (denominado euestrés) es necesario: nos vigoriza física y psicológicamente y nos motiva a aprender nuevas habilidades para dominar nuevos retos. En pequeñas dosis nos ayuda a sentirnos relajados y satisfechos, es un ingrediente importante en el aprendizaje sano y productivo.

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Angustia en medio de la pandemia

Actualmente, el mundo entero atraviesa una pandemia por la cual los noticieros están bombardeando información y esto nos permite experimentar estrés, angustia, incertidumbre, miedo, ansiedad, tristeza, soledad, impotencia, entre otras emociones y sentimientos completamente válidos, ya que en medio de esta situación es imposible no manifestar esta montaña rusa de emociones.

Aprendizaje socioemocional

El aprendizaje socioemocional es el proceso de desarrollar y utilizar habilidades sociales y emocionales. Es el grupo de destrezas que usamos para manejar las emociones, establecer metas, tomar decisiones, y llevarnos bien y sentir empatía por los demás. 

Las personas con habilidades socioemocionales desarrolladas están mejor equipadas para manejar los retos cotidianos, establecer relaciones personales positivas y tomar buenas decisiones. Estas habilidades tienen que desarrollarse desde temprana edad.

Habilidades del aprendizaje socioemocional

  • Autoconsciencia que incluye identificar emociones, reconocer fortalezas y necesidades, y desarrollar una mentalidad de crecimiento.
  • Autocontrol que incluye manejar las emociones, controlar los impulsos y establecer metas.
  • Conciencia social que incluye ver las cosas desde la perspectiva de las otras personas, mostrar empatía y apreciar la diversidad.
  • Habilidades para relacionarse que incluyen la comunicación y escucha asertiva, la cooperación y la resolución de conflictos.
  • Toma de decisiones responsables que incluye pensar en las consecuencias de nuestros actos.

El aprendizaje emocional, como cualquier otro tipo de aprendizaje, es posible debido a que el cerebro cambia a nivel epigenético y bioquímico para almacenar información y evocarla de manera explícita o implícita. Este aprendizaje se produce por la asociación de un estímulo con estado afectivo.

Las emociones, también, están estrechamente relacionadas con la memoria implícita: aquel tipo de memoria que mantiene recuerdos sobre situaciones o personas. Estos recuerdos se crean a través de condicionamientos y se les conoce como memoria emocional.

Neurotransmisores y hormonas ligadas al aprendizaje socioemocional

  • Dopamina: actúa al potenciar estados de placer y generar una sensación de bienestar que favorece la adquisición de nuevos aprendizajes. 
  • Serotonina: establece un adecuado nivel de confianza y relajación para facilitar la fluidez del pensamiento. 
  • Oxitocina: relacionada con el establecimiento del vínculo cercano, por lo que es indispensable en las interacciones sociales.
  • Adrenalina y cortisol: inmediatamente después de haber ocurrido el aprendizaje es adecuada para la fijación y consolidación de la información a largo plazo.

Educación emocional

La educación en habilidades socioemocionales implica trabajar sobre aspectos bastante complejos, por ejemplo, el autoconocimiento y la gestión de las propias emociones. Por eso, es habitual que empiece a hablarse de estos temas cuando los alumnos alcanzan una cierta edad, normalmente ya dentro de la adolescencia. Sin embargo, en primera infancia es posible fomentar la adquisición de habilidades socioemocionales en los niños.

La clave para desarrollar habilidades socioemocionales en niños pequeños es hacerlo desde un plano concreto, relacionando cada uno de los ámbitos que se quiere trabajar con la experiencia directa y el modelaje de los adultos. 

A partir de la adolescencia, cuando los jóvenes alcanzan lo que se conoce como la etapa de las operaciones formales, es posible hacer más explícito el aprendizaje de las habilidades socioemocionales. 

Así, en lugar de hablar de manera abstracta de conceptos como la ética, la empatía o la asertividad, se ha demostrado que es mucho más útil para los jóvenes el uso de ejemplos concretos y prácticos, que les hagan reflexionar sobre su propia vida.

Por otra parte, la educación socioemocional es especialmente importante en esta etapa de la vida de los jóvenes. Esto se debe a que durante la adolescencia los jóvenes sufren muchos cambios que generalmente no saben cómo afrontar, y por lo tanto están expuestos a todo tipo de riesgos y problemas que pueden tener consecuencias muy graves en su vida adulta.

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Recomendaciones para apoyar a nivel emocional a los niños y niñas en esta nueva realidad.

Estos días han sido de mucho cambio para todos nosotros. La nueva realidad se va asomando poco a poco y, con ella, el reto de ofrecerle a nuestros niños espacios en donde a nivel emocional puedan tener herramientas para enfrentar las muchas emociones que puedan estar experimentando.

A continuación algunas conductas que podemos observar y las recomendaciones al respecto:

¿Qué escuchamos o vemos?Emoción relacionadaRecomendación
Soy tan malo en…..
Autocrítica
Inseguridad  Acentúe lo positivo de manera comprensiva.
Ponga en tela de juicio las críticas del niño y hágale ver sus pensamientos negativos cuando ocurran con el fin de integrar y aceptar sus errores como parte de la vida
Siempre yo…
Culpa

Culpa
Ayude a identificar al niño aquello que tiene bajo control y aquello que no, de manera que pueda hablar de forma positivo de sí mismo.
Estructura a nivel familiar Desequilibrio-inestabilidad.
Preocupación
Mantenga todas las rutinas posibles. Anticipe los posibles cambios en los casos que se pueda, así se reducen las preocupaciones.
Desesperación e impotencia Pida al niño que escriba, dibuje o hable sobre experiencias placenteras.
Desinterés y tristeza Prepare actividades interesantes para el día. Hablen de temas agradables, hagan planes para el futuro.
Mucha o poca hambre No le obligue a comer. Preparen juntos alimentos que sean de su agrado, y hagan de ese espacio un tiempo de mucho placer.
Dificultad para
dormir 
Trate de seguir una rutina de sueño. Incorpore actividades relajantes como música, olores y sensaciones que le permitan el nivel de tranquilidad necesario.
Llama constantemente la atención con gritos, llanto, etc Agitación o inquietud Estimule el ejercicio y estrategias de respiración .
Tengo miedo,
qué miedo
TemorReduzca todas aquellas situaciones que generan temor, ansiedad, incertidumbre, siempre con amor y comprensión.
La anticipación suele funcionar muy bien.

Comportamiento
agresivo
Enojo, ira Sea firme, pero amable cuando observe conductas que no son correctas porque daña o lastima.
Recuerde modelar lo que espera, así que no responda con ira o enojo.
Valide las emociones y hablen de ellas.

Dificultades para
concentrarse
Desatención  Adapte el nuevo entorno a las necesidades del niño o la niña.
Evite distractores importantes y estimule juegos de concentración.
Respeta los tiempos de concentración de la edad y la madurez.

Le invitamos a conocer nuestros servicios y como en conjunto podemos fortalecer estas habilidades para un desarrollo pleno.

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Más allá de la frase: Quédate en casa.

Lo que ocurre en la realidad de algunas mujeres

En estos días de aislamiento social, he podido reflexionar mucho sobre todas esas voces que siempre me hablan en mi cabeza.

Los primeros días de quedarme en casa, he de confesar: ¡lo disfruté!  Aproveché para compartir con mi hija tiempo que hace días no había podido por andar corriendo de allá para acá por las obligaciones laborales; mi esposo estaba feliz de nuevo comía comida preparada por mí, y ese closet que tenía pendiente de arreglar hace meses, ya estaba arreglado. Bien, los primeros días todo estaba bien.

El animé y la influencia en la vida del adolescente

Antes de entrar en el tema de la adolescencia y la influencia que tiene el animé en esta población, es imperativo conocer sobre esta expresión artística. Sus raíces, propósitos y características principales.

Este arte llamado “animé” proviene de Japón, país que tomó la palabra francesa (animé que significa animado) para darle nombre a sus dibujos animados en televisión.

Una de las principales características de estos animados son sus gestos estrambóticos y su accionar exagerado, representando al pie de la letra el género de animé al cual pertenecen. Esto quiere decir que si son del género romántico, todo, absolutamente todo su accionar, hablar y sentir será romántico.

Por ello, nunca verás mezclarse un animé romántico con un animé gore que es oscuro y violento.

Animé, manga y otros términos

Con esto dicho, es probable que te estés preguntando qué es exactamente lo que tu hijo consume, si animé o manga o si estas dos cosas son lo mismo. La diferencia entre ellos no es mucha, esta radica en el hecho de que el animé se observa en pantallas (televisión, películas) y la manga son las historietas o cómics en papel.

En la actualidad, existe un término que hace referencia a la persona que tiene como pasatiempo favorito el animé o el manga. Este término es “otaku” y se reconoce así al fanático a esta expresión artística japonesa.

Este grupo de personas no se agrupan necesariamente en una tribu urbana, la mayoría de ellos no son reconocidos visualmente como sí lo pueden ser los darks, punks o emos. Los otaku se pueden relacionar y mezclar perfectamente con cualquier otra tribu urbana y compartir con otros otaku fuera o dentro de estos grupos.

Sin embargo, existen quienes llevan su fanatismo a un extremo y se conocen con otro nombre “hikikomoris”, cuyo significado en japonés es “encerrado” por lo que salen poco de sus casas y no mantienen tantas relaciones sociales. Esto por dedicar su tiempo al animé o manga y tener la sensación de no ser comprendidos por otros.

Su impacto en adolescentes

Conociendo estos aspectos básicos del animé y la manga, es importante que resaltemos uno de los principios más importantes de la adolescencia, etapa esencial y sumamente relevante en la vida de las personas.

Según la Teoría del desarrollo Psicosocial de Erikson, los adolescentes se encuentran en el momento de explorar su identidad, intentando responder la interrogante “¿quién soy?”.

Esta etapa y el deseo de conocerse a sí mismos realmente, les permite explorar sus posibilidades y en ocasiones llegando a percibir esta búsqueda como un aspecto que genera confusión sobre su propia identidad.

Por esta razón es que el animé puede tomar un papel protagónico en la vida del adolescente, ya que estas caricaturas y sus personajes muestran emociones y sentimientos de forma explícita y con los cuales se pueden sentir altamente identificados.

Géneros de animé

Así, dependiendo de las experiencias vividas, personalidades o carencias afectivas, los adolescentes se orientarán por los diferentes géneros de animé disponibles en el mercado. Dentro de los cuales destacan los siguientes:

  • Shonen: generalmente trata de un joven inmerso en un mundo de acción, aventura y combate
  • Seinen: más violento y con aires de terror psicológico o gore
  • Shojo: su base está en el romance y las relaciones sociales, orientado a la fantasía
  • Josei: romántico, pero más real y maduro que el shojo
  • Kodomuke: dejan enseñanzas morales.

Estos anteriormente descritos son los más populares dentro de los adolescentes, no obstante, existen otros géneros como el ecchi que presenta imágenes sumamente eróticas.

Los adolescentes, a quienes les apasiona el animé, suelen involucrarse a profundidad con la trama, dedicando horas a estos e incluso incursionando en diferentes géneros para identificar el predilecto. Esto en muchos casos hace que los chicos se sientan tan atraídos e identificados, que participan de eventos cosplay, donde se sienten realmente acorde a lo que por dentro son.

Entendiendo a los adolescentes

El principal factor influyente en los adolescentes que les apasiona el animé es la violencia explícita que se observa. Así como la expresión visual exagerada de emociones y sentimientos que son propios de la adolescencia y que, en muchos casos, no son socialmente permitidos expresarlos de la manera en que desean o son desvalorizados por los adultos.

Es por ello que no es casualidad que una de las características que más llama la atención de estos adolescentes es el aislamiento o el reconocimiento en sociedad como “raros”, “frikis o geeks”. Lo cual es generado por la incomprensión que surge hacia el gusto por el animé o la manga.

Incluso, el Otaku puede tener dentro de su círculo social dos realidades: los amigos “normales” y los amigos “anormales”. Quienes vendrían siendo los que comparten esta pasión.

Todo esto sitúa a los adultos ante un reto que consiste en aceptar, tolerar y guiar al adolescente en su búsqueda de identidad. Evitar limitar sus gustos por el animé o la manga, pero cerciorarse en todo momento que el contenido no vaya a resultar peligroso para él.

¿Y a vos qué te detiene?

Ayudando a mis hijos a vencer miedos

Como adultos, es común que no comprendamos muchos de los miedos que tienen los jóvenes. Incluso que minimicemos sus temores porque consideramos que son “insignificantes”, “drama” o “exageración”.

Sin embargo, los temores en la adolescencia deben ser valorados, ya que es justo en este periodo cuando más nos necesitan. Cuando más requieren soporte, acompañamiento y sensación de empoderamiento, y que nosotros como padres y docentes somos quienes les podemos aportar.

Para poder comprender estos temores y poder brindar herramientas para vencerlos, es necesario tener claro qué es un miedo. Además, no podemos obviar las características propias de la adolescencia, que son tan importantes esta etapa de la vida.

Cuando se hablamos de miedo, hacemos referencia a ese conjunto de emociones y sensaciones que surgen ante un peligro, ya sea real o imaginario.

El miedo es bueno porque nos permite la supervivencia. No obstante, también nos puede llegar a limitar cumplir muchos deseos y sueños en la vida.

Comprendemos que lo que provoca temor en cada persona es diferente. Depende de la situación, el contexto, la personalidad, su historia única y particular de vida.

El miedo en adolescentes

El miedo hace que busquemos en nuestra mente el peor de los escenarios. Aún cuando en muchas ocasiones ni siquiera llega a ser verdaderamente una situación perjudicial para nosotros. Por eso debemos ayudar a los adolescentes a vencer miedos.

En el caso de los adolescentes, es muy probable encontrar con muchos miedos, temores e inseguridades. Según Erik Erikson, en la adolescencia se da la exploración de la identidad versus la difusión de la identidad. Es decir, están construyendo y respondiendo a la interrogante ¿quién soy?

Y es que, si nos ponemos en sus zapatos por un momento, podríamos quizás entender que no es sencillo lidiar con los cambios hormonales, la emotividad, cambios de humor repentinos, el querer pertenecer, los cambios físicos y el tratar de descubrir qué personalidad tengo.

Todos estos factores, más las demandas sociales, académicas y familiares, pueden provocar que los adolescentes tengan miedos.

¿Miedo a qué?

  • A ser expuestos
  • Miedo a fallar
  • A ser rechazado
  • Miedo a decir no y que se burlen de mí
  • A intentar cosas nuevas
  • Miedo a escoger una carrera profesional

Ahora bien, nuestra labor como adultos, como padres, es ayudarles a superar y vencer estos miedos. Ayudarles a orientanr esa energía hacia algo positivo, que aporte a su vida.

Entonces, como padre, como madre o docente, ¿qué es lo que NUNCA debes hacer?
Toma nota:

  1. Reírse de sus problemas, miedos e inseguridades. Para ellos estos aspectos son reales y les lastima
  2. Transmitir más miedo o inseguridad de la que ya existe, dando comentarios inadecuados o que generen inseguridad
  3. Obligarlo o forzarlo a enfrentar a cosas o eventos que teme. Primero debe estar preparado y se debe contar con herramientas para dar soporte
  4. Transmitir miedos o temores personales. Recuerda quien es el adulto, y es el menor de edad quien le necesita
  5. Reforzar el miedo, dándole mayor relevancia de la que debería tener.

Por otra parte, hay muchas cosas que SÍ podemos hacer como padres de un hijo adolescente para ayudarle a vencer esos miedos. Entre ellas te recomiendo:

  • Procura entender el miedo de tu hijo, validando sus sentimientos y emociones, de manera que te presentes ante él como una persona empática
  • Toma en serio sus temores, sin entrar en comparaciones con otros adolescentes
  • No lo sobreprotejas. Permítele que empiece a tomar decisiones y a enfrentar situaciones desde sus propias herramientas
  • Aprende a negociar con tu hijo. Evita imponer el seguimiento de reglas inflexibles, que sólo van a generar inseguridades a la hora de enfrentarse al mundo por sí solo
  • Reconoce cuando hace las cosas bien
  • Recuerda y enséñale que parte del aprendizaje es equivocarse, y que levantarse para volver a intentarlo es una cualidad de campeones.

Finalmente, nunca olvides que el miedo es bueno y necesario en la vida. Sin embargo cuando les impide a los jóvenes ir al colegio, salir con sus amigos o tener una vida plena, se debe buscar ayuda de un profesional.

No lo fuerces, dale el ejemplo siendo valiente y resiliente. Empodéralo desde los aspectos más pequeños y sobre todo, asegúrate de que tu hijo se sienta siempre querido.

Recuerda que el amor y la compañía de un padre y de una madre hacia su hijo todo lo pueden.

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