Evaluando el año lectivo
Llegando al final de este año tan atípico como lo es el 2020 ¿qué pasará el próximo año, mi trabajo, el curso lectivo de los chicos?
Llegando al final de este año tan atípico como lo es el 2020 ¿qué pasará el próximo año, mi trabajo, el curso lectivo de los chicos?
La actividad física no sólo es esencial para un crecimiento y desarrollo saludable, también influye de manera positiva en el aprendizaje, favorece la plasticidad en el cerebro, lo que significa que el cerebro es más receptivo a la influencia del medio ambiente, potencia las funciones ejecutivas como la memoria, la atención, el procesamiento de la información general y las habilidades para resolver problemas.
Muchas veces expresamos o escuchamos estas frases típicas “no me acuerdo”, “se me olvidó”, “mi memoria es muy mala”, “no puse atención”, “pensé que estaba poniendo atención, pero estaba me desconcentré”, y otras relacionadas a nuestra memoria y atención. Es por esto, la importancia de reconocer cuando verdaderamente estamos aprendiendo y este conocimiento se haya insertado en nuestra memoria de forma exitosa.
El aprendizaje es el proceso de adquisición de información, mientras que la memoria supone la codificación, el almacenamiento y la recuperación de la información aprendida.
El aprendizaje es una función compleja del cerebro que está vinculada directamente con otra función: la memoria. Aprender nos permite adquirir un nuevo conocimiento o habilidad, pero, para mantener este aprendizaje, necesitamos retenerlo en los sistemas de memoria, almacenándolo en función al tiempo o tipo de información, lo que implicará una modificación de las redes neuronales o plasticidad sináptica.
La atención se puede definir como la interfaz entre la gran cantidad de estímulos del medio ambiente y la limitada dosis de información de la que somos conscientes. En otras palabras, la atención es el mecanismo que permite seleccionar una fuente específica de estimulación, un grupo de pensamientos o un curso de acción; por ello, se encuentra directamente relacionada con la consciencia. Ha sido vinculada con el control voluntario y las acciones dirigidas hacia una meta.
El aprendizaje está relacionado con cambios relativamente duraderos en el comportamiento, como resultado de la experiencia, que mejoran la adaptación al medio. Osea, nuestra conducta cambió cuando hemos adquirido un aprendizaje. Sin embargo, para aprender y retener, el cerebro tiene que realizar muchas tareas. Entre ellas: codificar y almacenar la nueva información y utilizar esta información en el momento que se requiera.
El recuerdo puede ser rápido y automático en el caso de las respuestas reflejas condicionadas e incondicionadas. Es una reconstrucción del pasado que se basa no solo en la información originalmente adquirida, sino también en los nuevos conocimientos, motivaciones, sentimientos y experiencias que se recuerdan. Es, por tanto, un proceso activo cuyo resultado puede no ser idéntico a la experiencia original.
El olvido, más que una pérdida de la información almacenada (memoria), podría consistir en una mera incapacidad para acceder (evocar) a esa información. En otras palabras, es una pérdida real de la memoria que podría deberse a la falta de uso de las sinapsis involucradas, Sin embargo, suele ocurrir que las memorias aparentemente perdidas vuelven a ser accesibles cuando cambia el contexto externo o interno del sujeto.
A través de los sentidos, los niños y niñas empiezan a descubrir el mundo y construir conocimiento. A partir de la visión, tacto, audición, gusto y olfato, van aprendiendo a reconocer los atributos de los objetos. Todas las actividades y juegos a los que están expuestos los niños y niñas en la primera infancia, desde la dimensión sensorial y sus diversas capacidades, van construyendo información esencial para las demás dimensiones, principalmente la cognitiva. La organización de los recursos y la planificación de actividades sensoperceptivas deben estar presentes en los programas para el desarrollo infantil temprano.
Existen consecuencias dramáticas ocasionadas por una sobreestimulación o baja estimulación de los sentidos desde etapas primarias. De hecho, la selección de estímulos, en cada fase del ciclo de vida, posee un valor que ayuda a la adaptación de cada estudiante. La experiencia sensorial, como toda experiencia, tiene efectos en los circuitos epigenéticos que activarán el desarrollo de ciertas habilidades fácilmente. En cambio, la deprivación de estímulos puede desactivar el surgimiento de capacidades. En este sentido, no solo depende de nuestra biología o genética, se necesita de práctica, uso y potenciación de parte del medio ambiente. Las nuevas tecnologías, campos virtuales y ciberespacio originan una nueva dinámica, tanto en la educación escolar como en la relación entre padre-tutor e hijo. La última generación (generación Z o Linksters), posee herramientas digitales, teléfonos inteligentes, tabletas, ordenadores y otros artículos tecnológicos desde el nacimiento. Sin embargo, existe un lado negativo: la atención se ve disminuida en entornos que se convierten en “ruidosos/estorbos” digitalmente y hace difícil el desarrollo de habilidades de autorregulación.
Existen asociaciones entre ambientes de estimulación sensorial visual excesiva y la vulnerabilidad a desarrollar trastornos de atención y adicción. Como resultado, se ve comprometida la regulación de la cognición y los circuitos de recompensa, lo que conduce a comportamientos impulsivos. Estos cambios en las redes neurales necesitan cada vez mayor estimulación para generar satisfacción, similares condiciones se relacionan con la adicción y el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Los padres, tutores o educadores debemos tomar en cuenta tal información para generar acciones de prevención, pues es posible que se establezcan horas de uso de medios digitales dependiendo de la edad y la utilización en conjunto de padre-tutores e hijos. También, se debe evitar el empleo de aparatos tecnológicos durante descansos, horas antes de dormir y en las comidas o mientras se realiza alguna otra actividad diferente.
No es lo mismo jugar con la tecnología, que aprender con la tecnología. Son muchos los motivos por los que las personas quieren tener y poseer una gama de aparatos electrónicos que simplifiquen la vida, no solo porque se han convertido en una necesidad, sino, que no se puede negar que la sociedad avanza rápidamente hacía un cambio en la forma de pensar, de circular información, y de pretender que todo sea más fácil. Pero se olvidan que la dependencia a estos aparatos: nos quita intelecto, vida, nos consume y por ende afecta nuestra salud visual y en general.
La dependencia a estos aparatos o medios electrónicos también produce la aparición de cansancio, aumento del nivel de estrés, disminución en la capacidad de trabajo, irritabilidad, dificultad para concentrarse entonces el aprendizaje y las actividades realizadas a su alrededor serán recordadas por poco tiempo y la falta de sueño son solo algunas de las consecuencias patológicas del mal uso.
Cabe recalcar que para muchas personas se convierte en una necesidad inherente, ya sea por trabajo, estudio o un simplemente capricho el uso de dispositivos electrónicos, pero las posibilidades de consecuencias negativas por el uso inadecuado e incontrolado a estos dispositivos aparecen como un enemigo silencioso, cuando se presentan simplemente ya es demasiado tarde o el problema se hace visible y permanente, ante la adversidad por ser escuchadas dichas advertencias se hace necesario empezar a reducir su uso, no solo por la integridad física sino por los problemas psicológicos que puede generar en cada una de las personas el uso desmesurado de los aparatos electrónicos.
En el área educativa claro que se puede acompañar de la tecnología, para los niños y jóvenes la tecnología resulta como un factor de motivación y esto potenciará un aprendizaje significativo, siempre y cuando le demos un buen uso y cuidemos nuestra salud visual.
Por más orgullo que sentimos al ver crecer a nuestros hijos, es casi inevitable sentir nostalgia al saber que han llegado a esa etapa, entre los 16 y 17 años donde deben cerrar la vida de secundaria y aventurarse en el nuevo viaje que significa el ingreso a la universidad.
Tenemos muchas preguntas e inquietudes al respecto, pero como guías debemos mantenernos en control y tratar de brindarles todo el apoyo y confianza que ellos necesitan, de manera que puedan creer en ellos y luchar por sus metas y aspiraciones.
Una vez más, recuerda tratar y dar a tus hijos las estrategias, herramientas y seguridad que te gustaría te hubieran dado a vos. Ellos son nuestro futuro, confiemos en ellos y amemos más.
Sabemos que han sido múltiples consecuencias las que ha provocado la pandemia vivida por el Covid-19, y una de ellas ha sido la virtualidad, tanto para los estudiantes que tienen que recibir clases desde el hogar como para los padres de familia que deben de cumplir con teletrabajo.
Es una realidad virtual a la cual todos de alguna u otra forma debemos de acostumbrarnos, las reuniones entre amigos o familia no son las mismas, ahora nos conectamos por medio de una video llamada para poder compartir cerca, pero cada quien con su burbuja social desde casa, los abrazos y besos se convirtieron por medio de emojis, ahora decimos “cuando todo pase” nos volvemos a ver, a reunir, volveremos a ir a aquellos lugares donde solíamos pasar un tiempo agradable y visitar los hogares de nuestros seres queridos.
Atravesamos un momento difícil como sociedad y como individuos, se ha cambiado drásticamente la rutina de cientos de familias, esta situación que se refleja en cada una de ellas, no es menos compleja y comprende diferentes dimensiones como desde el ámbito socioemocional y conductual. En relación con este contexto, reconocemos que la mayoría de madres, padres y responsables de los y las estudiantes están trabajando de manera remota, a la vez que realizan labores del hogar y satisfacen las necesidades de alimentación, entretenimiento y educación “formal” de sus hijos e hijas.
A sabiendas de que esta es la realidad de muchas familias, no es recomendable abrumarse por el “tener que hacer” diariamente en casa todo lo que se hacía en la institución educativa. Esto tensa más la situación que se vive en las paredes de cada hogar con los estudiantes, alimentando aún más las emociones negativas provocadas por el aislamiento. Es usual que surjan muchas preocupaciones por parte de los miembros de la familia, principalmente porque muchos de ellos pueden creer que los estudiantes “se están atrasando” y aunque efectivamente se está dando una ruptura en su proceso de enseñanza y aprendizaje formal, lo cierto es que no debería de darse una ruptura en el proceso de aprendizaje no formal que se da en el hogar, y que al fin y al cabo es más importante en la vida de las personas actualmente.
Por eso, debemos recordar que los acontecimientos sociales no se desvinculan de las realidades de los hogares, por ello es necesario enlazar la realidad global con la realidad familiar, para promover el aprendizaje situado.
Mantener una buena higiene del sueño, alimentación y actividad física, dar importancia a planificar en familia las rutinas diarias, que incluyan actividades libres, de estudio, de trabajo de los padres de familia, del uso de las redes sociales para interactuar con sus pares y familiares, de colaborar en las labores del hogar, hacer partícipe a todos los miembros de familia. Lo más importante es propiciar un clima agradable a lo interno del grupo familiar, recordando que son con quienes compartimos día a día y son nuestro apoyo incondicional.
El autismo es una condición del desarrollo que consiste en una forma diferente en que el cerebro procesa la información que percibe. El Trastorno del Espectro Autista (TEA) se manifiesta de diversas formas y se presenta en mayor porcentaje en hombres que en mujeres a razón 4:1.
Es una condición que puede tratarse, y que como parte de su caracterización, presenta algunos desafíos:
Desafíos sociales:
Desafíos de la comunicación:
Desafíos cognitivos:
Desafíos sensoriales y motores:
El proceso de enseñanza – aprendizaje no escapa a este escenario. La virtualidad presenta algunos desafíos particulares que se citan a continuación acompañados de algunas situaciones que pueden ocasionar desajustes o retos para los docentes y las familias que acompañan en este nuevo proceso de aprendizaje.
Desafío | ¿Qué causa? |
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Interés en temas específicos o rango limitado de intereses, diferentes a los que presenta el docente por medio de la plataforma o el material enviado. | Desinterés por lo que explica la docente, el material presentado, pérdida de atención y concentración. |
Dificultades en el cambio de rutina o insistencia en la rutina. | Inestabilidad emocional, pérdida de control, presencia de conductas agresivas, llanto, autolesiones. |
Dificultades para la comunicación recíproca tanto con los compañeros, como con la docente. | Dificultades en la comprensión de instrucciones, para generar preguntas o aclarar dudas. Dificultad para trabajar en equipo. Dificultad para completar trabajos. Enojo o frustración porque todos hablan al mismo tiempo. |
Dificultad con conceptos abstractos. | Falta de interés en el tema. No incorporación de la materia en el aprendizaje. Trabajos incompletos. Material poco llamativo según sus intereses. |
Dificultad aprendiendo en grupos grandes. | Pérdida de interés, falta de atención, falta de motivación. Desorganización. Aumento de la frustración. |
Dificultad en la comprensión lectora. | Pérdida de interés. Distracciones con otros elementos que sean de su interés. Atraso en el proceso de aprendizaje. Dificultad para comprender instrucciones, hacer trabajo o tareas. |
Poca tolerancia a la frustración | No completar trabajos. Crisis emocionales. Conductas de estrés frente a la clase virtual como desconectarse sin avisar. |
Dificultades en la caligrafía | Negarse a realizar la tarea. Poca tolerancia a la frustración.Trabajos incompletos. |
Dificultades para la concentración | Trabajos incompletos. Pérdida de interés. Necesidad de usar más tiempo para terminar trabajos. |
Dificultad para organizarse en el espacio. | Desorganización. Pérdida de materiales. No realizar tareas sencillas. Dificultad para organizarse en el espacio. |
Dificultad académica. | Poco interés en temas que no están relacionados con sus preferencias u obsesiones. Pérdida de puntos en rubros como trabajo en clase, extra clase o participación. |
Dificultad sensorial. | Pérdida de control. Dificultad para mantener la atención sostenida. Conductas inapropiadas. |
Recuerde que en esta nueva realidad, todos estamos aprendiendo por lo que es de suma importancia que padres de familia y docentes estén en constante comunicación, de manera que puedan analizar el desempeño de cada estudiante y así realizar las modificaciones necesarias para el oportuno aprendizaje.
En el caso de los padres que tienen un hijo con discapacidad intelectual (DI), la necesidad de apoyo y orientación se hace mas evidente. Son ellos mismos quienes expresan dificultades con las que se encuentran en el proceso y la importancia de contar con un apoyo en la resolución de situaciones específicas, y de expresar sus necesidades e intercambiar experiencias con otros padres.
El primer paso para poder ayudar y apoyar a un niño o adolescente en este tiempo de virtualidad, es saber si realmente tiene una barrera de aprendizaje o bien, puede ser que las actitudes sean parte de su personalidad. Para esto, es de suma importancia contar con una valoración psicopedagógica para un diagnóstico oportuno.
Las características más usuales en las personas con este diagnóstico son:
Se presentan síntomas de hiperactividad y sienten la necesidad de moverse constantemente, dificultad para controlar sus impulsos. Por lo general no tienen problemas de atención. Esta predominancia se ve más a menudo en niños pequeños. Suele ser más sencillo identificar estas señales, ya que por lo general suelen tener dificultad para permanecer sentados en clase y para controlar su comportamiento.
Poseen dificultad para prestar atención, se distraen con facilidad pero no son impulsivos o hiperactivos. Las personas pueden “pasar inadvertidos” porque no son los que usualmente están demandando atención dentro de la clase o en alguna situación, pueden parecer algo tímidos.
Se muestran problemas significativos, tanto de hiperactividad/impulsividad como de falta de atención.
Sabemos la ardua labor que usted como padre o madre de familia está realizando en medio de la nueva realidad: la virtualidad y más aún si su hijo presenta alguna barrera de aprendizaje. Es por esto que le brindamos una serie de estrategias para que pueda apoyarles en medio de la educación virtual desde casa.
Recuerde que su hijo no se identifica solo por el área académica, su área emocional también requiere de apoyo y motivación, ellos necesitan sentirse parte de y no excluidos por sus acciones. Anímeles a seguir adelante, es posible que esta nueva modalidad virtual sea un reto tanto para ellos como para usted como padre o madre de familia, hagan un balance, conversen y no dejen de lado que el verdadero significado de éxito, es ser feliz, disfrutar del día a día con lo que se tiene y se realiza.
En estos días, el tema de educar utilizando medios virtuales, ha generado una serie de sentimientos y emociones en todos los que participamos en el proceso de enseñanza y aprendizaje.