Estrés, ansiedad y depresión en adolescentes

Nuestro rol como adultos

La adolescencia es una etapa del desarrollo donde la tarea más importante a cumplir, según E. Erikson, es el poder responder la pregunta ¿quién soy? 

Dentro de la búsqueda de esta respuesta, el adolescente se enfrenta a una serie de cambios tanto a nivel social, sexual, físico y de toma de decisiones. 

En muchos casos, los adultos no manejan de manera asertiva las conductas y comportamientos de esta población, incurriendo en justificaciones o hasta minimizaciones de estados emocionales. Que si no se atienden a tiempo, pueden ocasionar situaciones lamentables.

Aunado a los cambios y retos esperados para esta etapa, muchas familias se enfrentan a modificaciones a nivel interno: divorcios y separaciones, nuevas familias y familias extendidas. Por lo que el camino del adolescente suele estar lleno de muchas emociones que no siempre sabe identificar o manejar.

Además, muchos colegios enfocados en lo académico, ofrecen currículos con validez internacional, que son altamente demandantes y que muchos estudiantes asumen sin comprender claramente lo que esto significa.

Estrés, ansiedad y crisis ansiosa

Las emociones, son y existen. Son necesarias para que todos crezcan a nivel emocional y permitan el desarrollo de habilidades que van a ser necesarias para el resto de la vida, pero, ¿cómo identificar cuando uno de nuestros adolescentes está experimentando un estado emocional y cuándo lo que está ocurriendo es un incremento o escalada en la intensidad de esa emoción?

Como padres, cuidadores y responsables de los jóvenes tenemos la responsabilidad de observar muy bien lo que ocurre y expresan nuestros jóvenes de manera que podamos distinguir la intensidad de cada emoción.

Estrés

Según la Organización Mundial de la Salud, el estrés es: “el conjunto de reacciones fisiológicas que prepara el organismo para la acción».

Es decir, cuando hay exámenes, proyectos por entregar, presentaciones artísticas, deportivas o culturales, es decir, ante un evento que se puede identificar, es “normal”, que nuestros adolescentes experimenten cierto grado de estrés, que les permita lograr su objetivo.

No obstante, si este estrés o presión les ocasiona reacciones exageradas a nivel físico y de pensamiento debemos poner atención y atender lo que ocurre con la importancia que requiere ya que podría confundirse el estrés con la ansiedad.

Ansiedad

Es una emoción, donde se experimenta una sensación de un peligro amenazador en que la causa no está totalmente reconocida por la persona y en el que la sensación de miedo es evidente y poco controlable.

La ansiedad, a diferencia del estrés, no tiene razón aparente identificable, son nuestros pensamientos que se imaginan cosas que no han ocurrido y que centra su atención en eso impidiendo nuestro desempeño regular.

La ansiedad presenta algunos síntomas físicos que se pueden observar con facilidad entre ellos:

  • Sensación de nerviosismo
  • Sensación de mucha actividad o agitación
  • Sensación de peligro inminente
  • Aumento del ritmo cardíaco
  • Respiración acelerada 
  • Sudoración
  • Temblores en diferentes partes del cuerpo
  • Sensación de debilidad o cansancio
  • Problemas para concentrarse o para pensar en otra cosa que no sea la preocupación actual
  • Tener problemas para conciliar el sueño
  • Padecer problemas gastrointestinales 
  • Tener dificultades para controlar las preocupaciones
  • Tener la necesidad de evitar las situaciones que generan ansiedad

Es importante comentar que existen diferentes tipos de ansiedad: como la agorafobia, la fobia social, la ansiedad por separación, el trastorno de pánico entre muchos otros más.

Depresión

Según el DSM V, la depresión es un trastorno frecuente que implica un estado de ánimo deprimido y/o la pérdida casi completa de interés o placer en actividades que antes se disfrutaban; son frecuentes las manifestaciones somáticas por ejemplo cambio de peso, alteraciones del sueño; dormir mucho o muy poco y las cognitivas, dificultad para concentrarse o disfrutar de actividades que antes le daban satisfacción.

Al revisar la definición se puede observar que los síntomas o características de estos estados emocionales nos dan señales de alerta y es nuestra responsabilidad apoyar a nuestros hijos – hijas para darles el apoyo que necesitan.

Es importante atender los síntomas de un posible cuadro depresivo, ya que los síntomas pueden incrementarse hasta provocar en los jóvenes, ideación o intento suicida.

Si en algún momento su hijo o hija manifiesta deseos relacionados con la muerte, no minimice, ni ignore, actúe de manera inmediata y llévelo lo antes posible a una valoración con el médico especialista en psiquiatría.

Recuerde estar pendiente y no incurra en el error de asumir que las dificultades que presentan los adolescentes son propias de la edad y que son “pasajeras”.  Ya que quedarse culpando a la etapa de la adolescencia de los cambios de humor y conducta puede conllevar a situaciones de riesgo para ellos, como la ideación e intento suicida, que ya de por sí según datos de la OMS es la segunda causa de muerte en el mundo, donde Costa Rica, definitivamente no se queda atrás.

Si necesita ayuda al respecto, contáctenos.

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Fomentando valores desde pequeños

Educar en valores es esencial e imprescindible en cualquier etapa de la vida, pero cobra especial relevancia en edades más tempranas. Los valores hacen que las personas nos comportemos tomando las decisiones adecuadas sin producirnos daño a nosotros mismos ni a la gente que nos rodea. Pero no es una tarea fácil, ya que no consiste simplemente en transmitir conocimientos de una forma teórica. Es una cuestión de actitud, y la base de transferir ciertos valores empieza en los entornos más cercanos del niño como la familia o la escuela. Teniendo en cuenta que debemos adaptarnos a las características y necesidades de cada niño, podemos empezar desarrollando la autoestima, empatía y sensibilización en relación con los problemas de los demás, para ir fomentando desde los primeros años de vida el respeto de los valores.

Educar en valores a los niños no es sencillo, pero sí necesario. Es fundamental empezar desde el hogar, no sólo a través de cuentos e historietas, sino con el ejemplo de los padres, abuelos o figuras de autoridad alrededor de ellos, ya que éstos constituyen figuras significativas para ellos. El castigo no siempre es la herramienta más educada para que los niños realicen los actos apropiados. Es mejor mostrarles lo correcto mediante el ejemplo.

Hoy en día, vivimos en una sociedad en continuo cambio, y en ocasiones, carente de valores. De ahí, que actualmente el hecho de tener ciertos valores personales y hacer que éstos formen parte de nuestra vida, desde una edad temprana, sea muy importante.

En la actualidad el núcleo de nuestra sociedad, la familia,  presenta serios problemas. Uno de los más grandes es quizás cómo enseñar responsabilidad a los adolescentes. Debemos recordar que esto comienza mucho antes: cuando son pequeños. Cuando son niños podemos ayudarlos a modificar sus conductas y poder entenderlas, la responsabilidad se enseña con el ejemplo y la práctica.

Pero ¿cómo enseñamos en la práctica a ser responsables desde pequeños? 

La responsabilidad requiere de información y de opciones. La información debe ser clara, ya sea en los beneficios y a su vez en las consecuencias que cada una de las opciones representa. Recuerden que toda causa tiene su efecto. En cuanto a las opciones, los adultos, en nuestro caso los educadores dentro del aula y los padres en el hogar deben presentar opciones reales y siempre delimitadas dentro de un contexto seguro y confiable.

Y ¿por qué es tan importante enseñar sobre responsabilidad a los más pequeños?

La enseñanza de la responsabilidad ayudará a los niños a reafirmar su autoestima, los límites a los cuales pueden llegar, aprender a colocarse en el lugar del otro, asimilar sus experiencias y por sobre todo a tomar decisiones eficientes, las cuales claramente les servirán para toda la vida.

La responsabilidad los ayudará a reafirmar su autoestima o a su vez a crearla, cuando los pequeños sienten que pueden tener la capacidad de influir sobre ciertas cosas les da la sanción de poder y esto reafirme su autoestima. La toma de decisiones es también un factor importante, dar libertad dentro de un límite establecido, es algo pequeño pero para ellos una gran decisión. Las normas y los límites nunca debemos olvidarlas.

Es importante siempre reconocer sus logros en el ámbito de la responsabilidad, y ante todo predicar con el ejemplo, no prometamos cosas que no podremos cumplir y después hagamos como si nada, recuerden que los niños y niñas son nuestros principales jueces.

Algunos de los consejos para educar en valores a los niños son:

  • Leer historias y cuentos en los que se muestra los valores que posee el protagonista. Los cuentos son significativos, sobre todo en la época de la infancia. Los niños siempre quieren parecerse al héroe/protagonista de la historia. De ahí que, si éste adopta conductas positivas, quieran ser como ellos y adoptar esos valores.
  • Dar el ejemplo, no sirve decirle al niño “no hay que ser egoísta”, si luego en casa los padres lo son. Predicar con el ejemplo es siempre la mejor opción. Además, debemos hablar con nuestros hijos sobre el por qué ciertos valores como el respeto, la honradez o la responsabilidad son tan importantes. y se refuerzan en el entorno escolar, el cual es clave para reforzar valores, como por ejemplo el respeto y la tolerancia.
  • Enseñarles desde muy pequeños los valores que se deben seguir. Cuando los niños son pequeños, no tienen muy claro lo que es correcto e incorrecto y se dejan llevar por las emociones. Por eso es importante que, desde los padres, profesores y entornos más cercanos, se les vaya instruyendo en ciertos valores, siempre con una justificación y de manera que el niño entienda el por qué hay que ser/comportarse de ciertas formas.
  • Decirles claramente (y en un lenguaje que ellos entiendan) lo que significan los valores. No podemos decir a nuestros hijos “eres muy leal”, si ellos no saben que significa. Es mejor dar una definición clara y sencilla de lo que significan ciertas palabras, poner ejemplos de cuándo se es así, e incluso apoyarnos en ciertas historias con moralejas para que lo entiendan mejor.
  • Ofrecerles nuestro apoyo. La confianza es esencial, y a través de los adultos los niños deben recibir ayuda y guías adecuadas para saber cómo reaccionar ante ciertas situaciones, e ir forjando poco a poco su personalidad.

Así como los niños y adolescentes requieren de la educación formal, también requieren de una educación emocional y educar en valores conlleva una enseñanza continua, no solo cuando son niños, es significativo a cualquier edad de nuestra vida.

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Atención, memoria y aprendizaje

Muchas veces expresamos o escuchamos estas frases típicas “no me acuerdo”, “se me olvidó”, “mi memoria es muy mala”, “no puse atención”, “pensé que estaba poniendo atención, pero estaba me desconcentré”, y otras relacionadas a nuestra memoria y atención. Es por esto, la importancia de reconocer cuando verdaderamente estamos aprendiendo y este conocimiento se haya insertado en nuestra memoria de forma exitosa. 

El aprendizaje es el proceso de adquisición de información, mientras que la memoria supone la codificación, el almacenamiento y la recuperación de la información aprendida.

El aprendizaje es una función compleja del cerebro que está vinculada directamente con otra función: la memoria. Aprender nos permite adquirir un nuevo conocimiento o habilidad, pero, para mantener este aprendizaje, necesitamos retenerlo en los sistemas de memoria, almacenándolo en función al tiempo o tipo de información, lo que implicará una modificación de las redes neuronales o plasticidad sináptica.

La atención se puede definir como la interfaz entre la gran cantidad de estímulos del medio ambiente y la limitada dosis de información de la que somos conscientes. En otras palabras, la atención es el mecanismo que permite seleccionar una fuente específica de estimulación, un grupo de pensamientos o un curso de acción; por ello, se encuentra directamente relacionada con la consciencia. Ha sido vinculada con el control voluntario y las acciones dirigidas hacia una meta. 

Tipos de memoria

  • Memoria sensorial: permanece milisegundos o segundos y deja huella en los procesos perceptivos y sensoriales, pero decae rápidamente.
  • Memoria a corto plazo: permanece segundos, minutos u horas. Es limitada en capacidad, permanece tiempo suficiente para que sus tareas se cumplan. 
  • Memoria a largo plazo: permanece horas, meses, años y décadas, es ilimitada en capacidad, requiere de tiempo para ser consolidada; y almacena los conocimientos de diversas maneras.
  • Memoria implícita: es la memoria de procedimiento, memoria motora y la memoria de mejoramiento por repetición.
  • Memoria episódica: está asociada a la información de los sucesos emocionales y eventos de nuestro pasado que han ocurrido en un momento y lugar. Sus operaciones dependen de la memoria semántica. 
  • Memoria semántica: es el sistema encargado de la adquisición, retención y utilización de conocimientos, como hechos y conceptos. 
  • Memoria procedimental: habilidades de adquisición de hábitos de estímulo-respuesta. Con la práctica, la habilidad se hace más precisa, por ejemplo: montar bicicleta, aprender a manejar carro, entre otras. 

¿Cómo sabemos que ha ocurrido un aprendizaje? 

El aprendizaje está relacionado con cambios relativamente duraderos en el comportamiento, como resultado de la experiencia, que mejoran la adaptación al medio. Osea, nuestra conducta cambió cuando hemos adquirido un aprendizaje. Sin embargo, para aprender y retener, el cerebro tiene que realizar muchas tareas. Entre ellas: codificar y almacenar la nueva información y utilizar esta información en el momento que se requiera.

¿Por qué recordamos algunas cosas y nos ‘olvidamos’ de otras?

El recuerdo puede ser rápido y automático en el caso de las respuestas reflejas condicionadas e incondicionadas. Es una reconstrucción del pasado que se basa no solo en la información originalmente adquirida, sino también en los nuevos conocimientos, motivaciones, sentimientos y experiencias que se recuerdan. Es, por tanto, un proceso activo cuyo resultado puede no ser idéntico a la experiencia original.

El olvido, más que una pérdida de la información almacenada (memoria), podría consistir en una mera incapacidad para acceder (evocar) a esa información. En otras palabras, es una pérdida real de la memoria que podría deberse a la falta de uso de las sinapsis involucradas, Sin embargo, suele ocurrir que las memorias aparentemente perdidas vuelven a ser accesibles cuando cambia el contexto externo o interno del sujeto.

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¿Cómo apoyar a mi hijo/a en el cambio del cole a la U?

Por más orgullo que sentimos al ver crecer a nuestros hijos, es casi inevitable sentir nostalgia al saber que han llegado a esa etapa, entre los 16 y 17 años donde deben cerrar la vida de secundaria y aventurarse en el nuevo viaje que significa el  ingreso a la universidad.

Tenemos muchas preguntas e inquietudes al respecto, pero como guías debemos mantenernos en control y tratar de brindarles todo el apoyo y confianza que ellos necesitan, de manera que puedan creer en ellos y luchar por sus metas y aspiraciones.

Algunas recomendaciones que siempre trabajo con las familias son las siguientes:

  • Habla con tus hijos sobre sus deseos, sueños y aspiraciones: es importante conocer que piensa sobre el cambio de rutina que se avecina, como se imaginan que será esa experiencia y las expectativas que tienen al respecto. No olvides conversar de sus mayores temores y fomentar la seguridad en cada escenario que proponga.
  • Acompaña a lo largo del proceso: si bien es cierto ya en este momento, los jóvenes deberían contar con mayor organización y estructura, es importante que como adultos estemos pendientes de que cuenten con la información correspondiente de cada universidad, y requisitos. Es importante apoyarles con lista de pendientes y calendarios de manera que no se pierdan de ninguna fecha o papeleo importante.
  • Ofrece ayuda práctica: elaboren juntos un plan a seguir para la culminación de este último año en la secundaria y el arranque de la universidad. Este plan debe contemplar: opciones de universidades, carreras, costos, becas, cursos de preparación para los ingresos a las universidades, preparación para el examen SAT en caso de que viajen al exterior y demás, según el contexto de cada familia.
  • Conversa e instruye sobre el uso del dinero: aunque parezca algo “normal” muchos jóvenes no tienen idea de cómo manejar el dinero. Es importante hacer un presupuesto y llevar un orden al respecto, por lo que desde ahora las familias deben ayudar en este trabajo. Tanto para los jóvenes que salen a estudiar al extranjero, como los que estudian de manera local, es necesario que comprendan los costos que genera para la familia los estudios universitarios, pagos de residencia, estudios, materiales y gastos diarios. Desde ahora trabaja un presupuesto y el manejo adecuado del dinero.
  • Brinda apoyo a nivel emocional: los cambios siempre nos generan angustia, temores o inseguridad, así que parte del trabajo que debes hacer con tus hijos en esta etapa, es brindar apoyo a nivel emocional. Lo más importante es que se sientan seguros de la toma de decisión que están realizando y que sepan que la vida adulta está llena de decisiones.
  • Si te preocupa la toma de decisión de tus hijos, busca ayuda al respecto. Te recomiendo nuestro servicio de coaching vocacional, donde los jóvenes logran encontrar respuestas a sus preguntas por medio de un proceso totalmente individualizado y único. ¡Los resultados son asombrosos!

Una vez más, recuerda tratar y dar a tus hijos las estrategias, herramientas y seguridad que te gustaría te hubieran dado a vos. Ellos son nuestro futuro, confiemos en ellos y amemos más.

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Aburrimiento, creatividad y aprendizaje

Cuando los niños o jóvenes le expresan a sus padres “estoy aburrido” parece ser que es una expresión negativa

Colocando a los padres en la obligación de impedir que se sientan así, porque se asume el aburrimiento como un problema propio. Sin embargo, más bien se debe de crear el espacio para que se aburran porque de ese modo, se favorece la creatividad y el aprendizaje, así como su autonomía y la capacidad de tomar decisiones por sí mismos. El aburrimiento es positivo y debe ser reconocido como una emoción humana que puede ser central para el aprendizaje y la creatividad. El aburrimiento, debe ser entendido como tiempo libre, sin ninguna actividad preestablecida. 

Muchas veces los adultos se sienten responsables de organizarles una agenda formativa y de ocio a los hijos y se sienten mal si tienen un minuto libre en el que puedan aburrirse. Pero no se dan cuenta de que el aburrimiento en los niños también es algo muy necesario para que ellos crean y piensen en “¿cómo resolver ese problema?”. 

¿En qué se relaciona el aburrimiento con la creatividad y el aprendizaje?

El niño en general se aburre cuando carece de actividades preestablecidas, y este es el mejor estímulo para pensar en cosas que hacer, es decir, para que cree sus propias motivaciones. Esto les da paso a automotivarse, pensar, crear, idear. Cuando los niños carecen de tiempo para aburrirse y automotivarse, se reduce la capacidad creativa y, hasta cierto punto, la exploración natural y la curiosidad. 

La imaginación y la fantasía en riesgo, esta necesidad de aburrirse consiste, en realidad, en la necesidad de tener verdadero tiempo libre, de que no todos sus momentos tengan actividades planificadas de antemano. Si el niño no tiene ese tiempo libre se reduce la capacidad para la imaginación, la fantasía y la simbolización. Cuanto mayor es el tiempo que los niños realizan actividades muy estructuradas, sus funciones ejecutivas, es decir, su autonomía y su capacidad de resolver problemas por sí mismos, son menores y viceversa, a mayor cantidad de actividades poco estructuradas, estas funciones ejecutivas son mejores. Por esto, es fundamental que los niños tengan todos los días un lapso de tiempo libre, durante el cual puedan aburrirse un poco, pero en el que terminarán decidiendo qué hacer y cómo han de aprovecharlo.

Una de las consecuencias de planificar actividades para todo el tiempo de los niños y no dejarles verdadero tiempo libre, es la sobreestimulación a la que resultan expuestos, una sobreestimulación que se incrementa a través del uso de dispositivos con pantallas electrónicas como tabletas, teléfonos móviles, ordenadores, videojuegos o televisión. El entrenamiento en tareas demasiado complejas, antes de que el sistema cognitivo esté preparado para llevarlas a cabo, puede producir deficiencias permanentes en la capacidad de aprendizaje a lo largo de la vida. Los riesgos, en consecuencia, van más allá de reducir las capacidades creativas y de abstracción de los niños.

Dejar que los niños resuelvan por sí solos el “problema” del aburrimiento, procurar que dispongan todos los días de tiempo libre, sin actividades programadas ni que se rellenen con pantallas o con tareas impuestas por los adultos, incentivarlos. Así, el aburrimiento durará cada vez menos y el propio niño descubrirá la interminable cantidad de formas en que se puede disfrutar del tiempo libre.

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Disfrutar en casa las vacaciones

Para la mayoría de instituciones educativas, se acercan las vacaciones de medio año y con ellas las preguntas de los chicos:

¿Qué vamos a hacer?, ¿vamos a ir a algún lado?, ¿nos vamos a quedar todas las vacaciones en casa? O las expresiones “que aburrido”, “ya no quiero estar en casa”, “quiero salir”, entre otras expresiones o preguntas que abruman a los padres de familia y más si estos siguen con teletrabajo. 

Pero estas vacaciones ¡serán diferentes! Así es como hay que presentárselas a los chicos e idear estrategias (si, más de las que hemos ideado en todo este tiempo en casa) pero esta vez no se incluirían tareas ni clases virtuales, si no, estructurar el tiempo libre. Aunque suene extraño, pero en vacaciones también debería de existir y mantener una rutina. Claro que puede ser más flexible, pero sí que los chicos y jóvenes tengan prioridades y actividades establecidas durante el día a día. Es importante tener una buena comunicación con los hijos, explicarles, hacerles ver la situación actual y poder llegar a acuerdos entre toda la familia, poder compartir de un tiempo sano y aprovecharlo al máximo.

La flexibilidad es importante para mantener la organización que tenemos dentro del núcleo familiar también en vacaciones, y que exista cierta continuidad en las obligaciones de los hijos. En periodos de tiempo libre podemos relajarnos un poco y aumentar la flexibilidad de nuestras exigencias, como por ejemplo con pequeños cambios en los horarios de comida, o permitirles irse a la cama un poco más tarde.

Las vacaciones son consideradas como un escape, una oportunidad para alejarse de las responsabilidades y obligaciones laborales para los adultos y obligaciones académicas para los hijos, pero ¿cómo disfrutar de estas vacaciones en medio de la pandemia mundial por el Covid-19?.

Las vacaciones en casa sirven para poder disfrutar en familia del espacio en donde siempre estamos compartiendo. No hay nada como la sensación de saber que no tendrás que levantarte temprano al día siguiente para ir a trabajar o que puedes levantarte y trabajar desde casa sin la tensión de estar pendiente de las clases virtuales de los hijos. Pero para muchos, las vacaciones representan momentos de tensión al pensar que los planes de marcharse fuera se han visto frustrados por culpa de un imprevisto del cual no tenemos el control. Esto puede causar frustración y hasta puede afectar el disfrute del merecido tiempo de descanso.

Las vacaciones no tienen que ser sinónimo de salir de casa e ir a un lugar diferente, sea cerca de una playa, un río o un lago. Si bien es muy confortante, no es indispensable irse fuera para poder aprovechar este tiempo de ocio.

Algunas ideas que les pueden ayudar a los padres de familia en estas vacaciones inusuales:

  • Realice una rutina diaria, en donde se encuentren las labores diarias y prioridades de todos los miembros de la familia, si papá o mamá deben de trabajar, colóquelo, así los hijos entenderán que hay un tiempo y lugar para todo durante el día. 
  • Controle el tiempo de dormir. Dormir bien y placentero es clave para recobrar energía y aporta salud a nuestro cerebro. Sin embargo, si se pasa durmiendo todo el día, los lapsos activos serán muy cortos y no se tendrá una buena higiene del sueño. 
  • Planifique las actividades lúdicas: no sobrecargar, dar espacio al tiempo libre, de ocio, de aburrimiento (aunque suene extraño, pero al dar paso a este espacio, los niños producen con creatividad). 
  • Fomente el aprender nuevas habilidades.
  • Organice “reuniones” virtuales con amigos o familiares: así todos se sentirán cerca compartiendo, pero cada burbuja social dentro de su hogar. 
  • Aliarse de la creatividad en este tiempo es lo ideal: invente “paseos” dentro de casa. Por ejemplo, puede realizar un picnic en el jardín o crear una tienda de campaña en la sala. Para los más grandes se puede crear un cine dentro de casa, colocar cortinas oscuras, almohadas o alfombras confortables, rally de videojuegos, noche de teatro, de juegos de mesa… entre otras actividades de gusto de cada familia. 
  • Mantenga hábitos saludables aunque estén en vacaciones. Tener una alimentación balanceada y practicar alguna actividad física les permitirá a los chicos y jóvenes mantenerse activos. 

El objetivo es llegar a acuerdos que no desestabilicen el núcleo familiar y permitan pasar unas semanas de descanso (para los hijos) y de teletrabajo (para muchos padres) que ayuden a estrechar los lazos entre toda la familia. Mantenernos dentro de nuestra burbuja social y al mismo tiempo disfrutar puede ser posible, la clave es tener una comunicación asertiva y empatía con todos los miembros de la familia. 

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Adaptándonos a la nueva realidad virtual

Sabemos que han sido múltiples consecuencias las que ha provocado la pandemia vivida por el Covid-19, y una de ellas ha sido la virtualidad, tanto para los estudiantes que tienen que recibir clases desde el hogar como para los padres de familia que deben de cumplir con teletrabajo.

Es una realidad virtual a la cual todos de alguna u otra forma debemos de acostumbrarnos,  las reuniones entre amigos o familia no son las mismas, ahora nos conectamos por medio de una video llamada para poder compartir cerca, pero cada quien con su burbuja social desde casa, los abrazos y besos se convirtieron por medio de emojis, ahora decimos “cuando todo pase” nos volvemos a ver, a reunir, volveremos a ir a aquellos lugares donde solíamos pasar un tiempo agradable y visitar los hogares de nuestros seres queridos. 

Atravesamos un momento difícil como sociedad y como individuos, se ha cambiado drásticamente la rutina de cientos de familias, esta situación que se refleja en cada una de ellas, no es menos compleja y comprende diferentes dimensiones como desde el ámbito socioemocional y conductual. En relación con este contexto, reconocemos que la mayoría de madres, padres y responsables de los y las estudiantes están trabajando de manera remota, a la vez que realizan labores del hogar y satisfacen las necesidades de alimentación, entretenimiento y educación “formal” de sus hijos e hijas. 

A sabiendas de que esta es la realidad de muchas familias, no es recomendable abrumarse por  el “tener que hacer” diariamente en casa todo lo que se hacía en la institución educativa. Esto tensa más la situación que se vive en las paredes de cada hogar con los estudiantes, alimentando aún más las emociones negativas provocadas por el aislamiento. Es usual que surjan muchas preocupaciones por parte de los miembros de la familia, principalmente porque muchos de ellos pueden creer que los estudiantes “se están atrasando” y aunque efectivamente se está dando una ruptura en su proceso de enseñanza y aprendizaje formal, lo cierto es que no debería de darse una ruptura en el proceso de aprendizaje no formal que se da en el hogar, y que al fin y al cabo es más importante en la vida de las personas actualmente. 

Por eso, debemos recordar que los acontecimientos sociales no se desvinculan de las realidades de los hogares, por ello es necesario enlazar la realidad global con la realidad familiar, para promover el aprendizaje situado. 

Mantener una buena higiene del sueño, alimentación y actividad física, dar importancia a planificar en familia las rutinas diarias, que incluyan actividades libres, de estudio, de trabajo de los padres de familia, del uso de las redes sociales para interactuar con sus pares y familiares, de colaborar en las labores del hogar, hacer partícipe a todos los miembros de familia. Lo más importante es propiciar un clima agradable a lo interno del grupo familiar, recordando que son con quienes compartimos día a día y son nuestro apoyo incondicional. 

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Estrategias para la educación en línea para los niños y adolescentes TEA

¿Qué es el Autismo?

El autismo es una condición del desarrollo que consiste en una forma diferente en que el cerebro procesa la información que percibe. El Trastorno del Espectro Autista (TEA) se manifiesta de diversas formas y se presenta en mayor porcentaje en hombres que en mujeres a razón 4:1.

Es una condición que puede tratarse, y que como parte de su caracterización, presenta algunos desafíos:

Desafíos sociales:

  • Dificultad o falta de comprensión de pautas sociales.
  • Interpretación literal de las palabras de los demás.
  • Dificultad en mantener conversaciones reciprocas.
  • Tendencia a hablar con franqueza sin considerar el impacto de las palabras en los otros.
  • Aplicación de las reglas sociales sin discriminación de escenarios.
  • Enfoque en temas particulares.

Desafíos de la comunicación:

  • Dificultad para comprender las metáforas o el sarcasmo.
  • Repetición de palabras. Ecolalia.
  • Dificultad para comprender lo que significa espacio personal.
  • Inflexión o contacto visual fuera del foco de atención: usualmente no mira a los ojos.
  • Expresiones o gestos que podrían etiquetarse como inapropiados.
  • Dificultad para comprender la comunicación no verbal.

Desafíos cognitivos:

  • Pensamiento concreto y  literal.
  • Intereses obsesivos y puntuales.
  • Deficiencias organizativas o para resolver problemas.

Desafíos sensoriales y motores:

  • Hipo o híper sensibilidad a diferentes estímulos sensoriales incluyendo el dolor.
  • Dificultades con destrezas motoras finas tales como la escritura a mano.

Desafíos en el escenario de aprendizaje virtual

El proceso de enseñanza – aprendizaje  no escapa a este escenario. La virtualidad presenta algunos desafíos particulares que se citan a continuación acompañados de algunas situaciones que pueden ocasionar  desajustes o retos para los docentes y las familias que acompañan en este nuevo proceso de aprendizaje.

Desafío¿Qué causa?
Interés en temas específicos o rango limitado de intereses, diferentes a los que presenta el docente por medio de la plataforma o el material enviado.Desinterés por lo que explica la docente, el material presentado, pérdida de atención y concentración.
Dificultades en el cambio de rutina o insistencia en la rutina.
Inestabilidad emocional, pérdida de control, presencia de conductas agresivas, llanto, autolesiones.
Dificultades para la comunicación recíproca tanto con los compañeros, como con la docente.
Dificultades en la comprensión de instrucciones, para generar preguntas o aclarar dudas. Dificultad para trabajar en equipo. Dificultad para completar trabajos. Enojo o frustración porque todos hablan al mismo tiempo.
Dificultad con conceptos abstractos.Falta de interés en el tema. No incorporación de la materia en el aprendizaje. Trabajos incompletos. Material poco llamativo según sus intereses.
Dificultad aprendiendo en grupos grandes.Pérdida de interés, falta de atención, falta de motivación. Desorganización. Aumento de la frustración.
Dificultad en la comprensión lectora.Pérdida de interés. Distracciones con otros elementos que sean de su interés. Atraso en el proceso de aprendizaje. Dificultad para comprender instrucciones, hacer trabajo o tareas.
Poca tolerancia a la frustración
No completar trabajos. Crisis emocionales. Conductas de estrés frente a la clase virtual como desconectarse sin avisar.
Dificultades en la caligrafíaNegarse a realizar la tarea. Poca tolerancia a la frustración.Trabajos incompletos.
Dificultades para la concentración Trabajos incompletos. Pérdida de interés. Necesidad de usar más tiempo para terminar trabajos.
Dificultad para organizarse en el espacio.Desorganización. Pérdida de materiales. No realizar tareas sencillas. Dificultad para organizarse en el espacio.
Dificultad académica.Poco interés en temas que no están relacionados con sus preferencias u obsesiones. Pérdida de puntos en rubros como trabajo en clase, extra clase o participación.
Dificultad sensorial.Pérdida de control. Dificultad para mantener la atención sostenida. Conductas inapropiadas.

Ante estos y otros muchos desafíos que puede presentar cada caso particular es importante considerar las siguientes recomendaciones  generales:

  1.  Capacitación y contextualización: es de suma importancia que antes de implementar cualquier recomendación, usted como madre- padre tenga claras las características de su hijo, de manera que pueda comunicarle a cada docente como responde a la nueva realidad.
  2. Recuerde que el tiempo efectivo de trabajo de este tipo de estudiante es diferente: usualmente requiere más tiempo para organizarse y cumplir el objetivo. Por esta razón es fundamental ofrecer tiempo extra para completar el trabajo, o bien modificar los requisitos del trabajo para que este pueda ser alcanzado. 
  3. Maneje el ambiente. En casa ubique al estudiante en un lugar fijo, con los materiales necesarios, libre de los estímulos a nivel sensorial que puedan generarle estrés. Trate de mantener la constancia y evitar cambios súbitos. Una buena forma de manejar el cambio es incorporar algún gusto particular que le permita disminuir el estrés que el cambio de rutina genera en ellos. Es fundamental que este espacio  sea positivo y seguro.
  4. Cree una agenda visual balanceada: en este tiempo no solo es importante lo académico, si no también es importante la salud física y emocional. Una buena estrategia es alternar actividades preferidas con actividades no preferidas. Como adulto, es importante permitir que el espacio de juego libre o de ocio sea respetado como descanso, por lo que es importante que este espacio se respete como tal y no se confunda con el tiempo adicional de tareas o estudio para exámenes. Permita que el estudiante en sus ratos de recreo y juego integre actividades de su gusto y que no sea de algo de forma aleatoria.
  5. Comparta la agenda del resto de familiares o miembros dentro de la casa que apoyen en la nueva educación virtual: de esta manera el estudiante con TEA logra mantenerse concentrado en su actividad, anticipando lo que sucede a su alrededor y anticipando  en la tarea que se avecina.
  6. Use lenguaje simple: sea conciso y sencillo, use un tono de voz suave, sea específico, no use el sarcasmo, doble sentido o palabras que no sean del nivel de los estudiantes.
  7. Ofrezca seguridad: ofrezca información y seguridad con frecuencia para que el estudiante comprenda lo que sucede. Monitoree frecuentemente el progreso del estudiante y su nivel de estrés.
  8. Elogie de forma frecuente.
  9. Involucre a todas las personas que acompañan al estudiante en este proceso, de manera que puedan homogenizar estrategias de intervención que faciliten el desarrollo del estudiante de manera integral.
  10. Organice el escenario de aprendizaje: siempre es importante contar con la comprensión y la sensibilización  de los compañeros del salón de clases. Es importante que todos los estudiantes sigan las reglas de los nuevos escenarios para la participación, por ejemplo.
  11. Es importante promover metas sociales en el proceso por lo que es importante que se eduque a los compañeros del salón sobre la importancia del papel que cada uno de ellos juega para sus compañeros con TEA.
  12. Establezca estrategias que permitan manejar los cambios de conducta: anticipación de eventos, interacción con los otros, comprensión de instrucciones por ejemplo.
  13. Incorpore alternativas de escritura. En este momento emplear pantallas, y tecnología puede facilitar el trabajo de estos estudiantes, a razón del trabajo en hojas.
  14. Brinde apoyos visuales en todo momento: estas le permiten comprender la tarea a realizar, así como a canalizar la energía a completar la tarea.
  15. Permita al estudiante la toma de decisiones y selección de opciones: este le permite sentir que tienen algo de control sobre los eventos de la vida. Además les ayuda a fortalecer sus destrezas de resolución de problemas, aumentar la seguridad en sí mismos y tener control de su entorno.
  16. No sobrecargue con tareas o trabajos al estudiante.

Recuerde que en esta nueva realidad, todos estamos aprendiendo por lo que es de suma importancia que padres de familia y docentes estén en constante comunicación, de manera que puedan analizar el desempeño de cada estudiante y así realizar las modificaciones necesarias para el oportuno aprendizaje.

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