APRENDIENDO A DORMIR

Patricia Salazar Villalobos
Lic. En Educación Especial
Especialista en Atención de Niños Con Necesidades Educativas Especiales
One to One.  www.onetoone.cr
tel: 6095-3700 2236-6360

Muchos padres se me acercan para consultarme sobre  la mejor manera en que  puedan ayudar a sus hijos (as) a establecer rutinas de sueño más acordes a sus edades, ya que  reconocen la importancia de establecer una rutina clara. El sueño cumple una función primordial de autoregulación y recuperación para   el organismo de todas las personas.  Con mucha mayor razón nuestros niños deben adquirir el buen hábito de dormir la cantidad de horas necesarias para esta recuperación del ajetreo diario. Este “ buen dormir” es un hábito que requiere de un aprendizaje adecuado y que se va forjando desde los primeros momentos de vida.

Es un proceso fácil ? Yo les diría que no siempre, algunos niños duran más tiempo que otros en adquirir la rutina. Que se necesita por parte de los padres ? Definitivamente amor y firmeza en el justo equilibrio. Así que  empecemos, les compartiré algunas recomendaciones  que he visto funcionar en mis estudiantes y sus familias a través de los años, y que han funcionado tanto en niños con  y sin ninguna discapacidad.

 

¿ Cuántas horas debe dormir un niño?

No todos los niños tienen las mismas necesidades de descanso, ya que esto va a depender de factores como : el carácter, estado de salud, hábitos de la familia y el ambiente que le rodea. Conforme crecen esta cantidad de horas también va variando. En promedio los niños deberían dormir las siguientes horas según esta tabla orientativa :

 

¿Como definir la hora exacta en que debe acostarse el niño ?

 Esto dependerá de la edad del niño y de la dinámica familiar de las noches. Antes de los seis meses es difícil definir una hora exacta porque todavía son variables los horarios de alimentación, pero algunos especialistas indican que las 7:00 p.m. es una buena hora para empezar la rutina de irse a dormir elegida por los padres , por ejemplo : bañarlos, colocar pijama, algún cuento corto, actividades relajantes, etc. Esta hora puede mantenerse  hasta que el niño inicie la etapa escolar entre los 3 y 5 años. A partir de los 5 años esta hora de acostarse puede ir variando , les adjunto una tabla orientativa

 

¿ Qué podemos hacer para evitar problemas a la hora de adquirir el hábito de dormir?

He aquí algunas sugerencias que les pueden ayudar:

  • Tener un ambiente agradable de temperatura y ropa de dormir suave y cómoda
  • Dejar al niño en su cuna o cama cuando muestre signos de cansancio o sueño. Es importante que se acostumbre a acostarse cuando aún está  despierto, sin ayuda de comida o los brazos de los padres
  • Cuando el bebé tiene los períodos de siesta durante el día  lo más importante es que siempre los haga en su propia cuna y ojala en su propio cuarto y no en la cama de los padres por ejemplo;  aunque para la noche la cuna esté dentro del cuarto de los padres. Esto le ayudará a acostumbrarse a su propio espacio personal.
  • Enseñarle a diferenciar el día de la noche, por medio de sonidos ambientales y de la luz. Así poco a poco irá aprendiendo que de noche hay poca actividad, luces y sonidos
  • A partir del tercer o cuarto mes, si las condiciones lo permiten, ya se puede  trasladar al niño a su propia habitación. Si esto no es posible se  debe establecer mediante algún apoyo un espacio propio para el niño dentro del mismo cuarto, por ejemplo : un biombo, una cortina, etc.
  • A los seis meses generalmente aparece “ la angustia de la separación “ y el niño (a) empieza a tener resistencia para quedarse solo en su cuarto. Esta angustia se puede mitigar ofreciéndole su muñeco o juguete para que lo asocie con la acción de dormir y que le proporcione seguridad.
  • Establecer desde pequeños “ la misma rutina” para la hora de acostarse. Ejemplo : baño-cena-cuento, luego cobijarlos, besarlos , decirles buenas noches y salir del cuarto. Esta rutina debe repetirse en la medida de lo posible, siempre a la misma hora
  • Evitar actividades de excesivo juego y movimiento antes de ir a dormir
  • Si manifiesta miedo a la oscuridad, se puede dejar una pequeña luz encendida
  • Si el niño se despierta llorando, se debe acudir a la cuna del niño o al cuarto, acariciarlo, cobijarlo , tranquilizarlo y volver a  dejarlo en su cuna o bien salir del cuarto. Por ningún motivo se debe trasladar al niño al cuarto o cama de los padres. Es imprescindible guardar la calma y  no ceder ante al niño. Además es importante poco a poco disminuir la rapidez con la que se acude a tranquilizar al niño
  • A veces ayuda aplicar técnicas de relajación antes de dormir
  • Algunos expertos también recomiendan que la cena no sea muy fuerte o con alimentos de difícil digestión durante la noche para el niño.
  • Cuando haya una situación especial de salud, entrada a la escuela, etc. es importante ser flexible y tener paciencia, para ajustarse a los nuevos cambios

¿Buscando centro educativo para sus hijos?

Alejandra Rojas Alvarado
Psicóloga – Coach integral
Directora One to One
www.onetoone.cr
tel.2236 6360 – 8880 7632

 

Como  profesional escucho inquietudes de familias todos los días… últimamente  me llama mucho la atención como, más frecuentemente puedo leer en redes sociales y chats consultas de mamás y papás  sobre qué centro educativo es el más recomendable para sus hijos.

En cada consulta es frecuente ver muchísimos comentarios de terceros con “buena voluntad” que sugieren, según sus experiencias,  un listado sin fin de centros educativos, sin siquiera preguntar antes algo que permita brindar una recomendación que responda a la necesidad real de quien consulta.

Cada vez que leo una de las estas publicaciones me pregunto: ¿qué hace a una familia, buscar un  centro educativo para matricular a sus hijos basándose en las opiniones de terceros, y no en las características de sus hijos y de su entorno familiar?

En la búsqueda

Cuando buscamos un centro educativo para nuestros niños y jóvenes, es necesario ver más allá de aspectos curriculares, o posición en el ranking. Es necesario ver más allá de la infraestructura o del renombre con las que muchos se mercadean.

Cuando  las familias están en esta búsqueda, deben considerar que  ese lugar se convierte casi que un segundo hogar para sus hijos, por lo que la escogencia debe hacerse más allá de las opiniones de terceros y  focalizado más la toma de decisión en las necesidades y características individuales del grupo familiar.

Por esta razón me he dado a la tarea de escribir un decálogo para escoger un centro educativo para cada caso.

Pasos para escoger un adecuado centro educativo:

1.      Revise cuál es la escala de valores de su familia y cerciórese de que el centro educativo tenga una escala de valores lo más similar a las suyas: de esta forma ya se evitará discusiones sin sentido con sus hijos, por ejemplo con respecto a las normas disciplinarias internas o lineamientos a seguir, ya que si coinciden en valores será más sencillo comprender el por qué de cada proceder.

2.      Tenga claridad sobre los intereses y habilidades de sus hijos: si su hijo es una persona que disfruta de habilidades intelectuales, artísticas, musicales, deportivas o de idiomas, busque centro educativo que ofrezca oportunidades para que pueda desarrollar sus habilidades, tener claridad en que existen muchos tipos de inteligencia y que cada una de ellas es igual de valiosa, le ahorra frustraciones innecesarias y convertirá el proceso de enseñanza y aprendizaje en una experiencia enriquecedora.

Además, será más fácil para los chicos encajar en el grupo de pares ya que tendrán intereses comunes.

3.      No obvie las necesidades educativas especiales de sus hijos: si su hijo tiene alguna necesidad educativa especial, o tiene un diagnóstico sobre algún trastorno propio de la edad, es fundamental  que el centro educativo cuente con suficiente personal capacitado para brindar apoyo y acompañamiento en el proceso de enseñanza y aprendizaje, recuerde que la buena voluntad no siempre funciona.

4.      Tenga un presupuesto claro y acorde a sus realidades y a las necesidades de sus hijos: muchas veces he escuchado a papás decir: “pago el colegio y además en tutorías pago como otro colegio” esto es cierto, muchas veces las familias no tienen presente que sus hijos requieren de apoyos que el centro educativo no presta y requieren hacer una inversión adicional en clases adicionales, recuerde esto previo a matricular en una institución y no se verá en apuros económicos innecesarios.

5.      El centro educativo tiene que parecerse a cada familia: si usted gusta de participar activamente de las actividades del centro educativo o no, si disfruta de las actividades que el centro educativo propone, si usted tiene tiempo para ser parte o no de la comunidad educativa de su hijo, es un factor que también debe considerar. He escuchado a muchos estudiantes quejarse porque sus papás nunca participan de las actividades tan frecuentemente como los otros papás y esto les causa muchos sentimientos encontrados, que a la larga pueden pasarle la factura.

6.      Tome en cuenta el tiempo que tanto los estudiantes como las familias invierten en desplazamiento al centro educativo: he conocido casos de estudiantes que viven en polos opuestos a donde está ubicado el centro educativo. Recuerde que es ahí donde los niños y jóvenes hacen sus amigos y que si usted se empeña en matricularlos en centros alejados a la casa, van a perder mucho tiempo en desplazamientos, tiempo que podrían invertir en otras actividades. Aunado a esto, mientras más cerca de la casa, se encuentre el centro educativo, más sencillo será para usted conocer a las familias de los amigos de sus hijos, le será más sencillo asistir a reuniones y pertenecer al entorno en que se desenvuelve su hijo.

7.      Recuerde cerciorarse de que el centro educativo tenga los permisos necesarios para brindar los servicios que sugiere y que los docentes cuentan con los atestados necesarios para impartir clases. Es lamentable que existan instituciones donde por ahorrar presupuesto contraten personas sin los atestados correspondientes.

8.      Recuerde que es usted quien busca un centro educativo que cumpla los requisitos según las características de sus hijos y no al revés, si no sería como tratar de meter un cuadrado en una caja redonda.

9.      Participe a sus hijos de la escogencia de centro y educativo, según las realidades de cada uno, una vez que usted como adulto tiene claro los puntos que le toca a usted como adulto ( presupuesto, horarios, necesidades particulares)

10.   Recuerde preguntar sobre la existencia y puesta en marcha de protocolos de seguridad para los  niños y jóvenes, planes de seguridad entre otros.

Considerando estos puntos, lo ideal  es que el primer paso, sea  sentarse en casa y valorar en familia estos y otros factores que pueden intervenir en la toma de decisión final. Le aseguro que esta inversión de tiempo podría causarle más beneficios que dolores de cabeza.

Por esto es sumamente importante que no se deje influenciar por recomendaciones de personas con buenas intenciones, al contrario conozca muy bien lo que la familia requiere y a partir de ahí busque, visite y pregunte con calma sobre el lugar donde su hijo pasará la mayor parte del tiempo y si usted no sabe por dónde empezar, busque ayuda de profesionales imparciales que conozcan sus necesidades familiares, las de sus hijos y sobre el entorno educativo. Juntos busquen las mejores opciones.

Dedique tiempo a esta tarea. Haga de ella una experiencia de crecimiento familiar y enseñe a sus hijos que todo en la vida se prepara y nada se improvisa.

 

Reacción de los padres ante el diagnóstico de discapacidad de un hijo

Ante situaciones inesperadas, todas  las personas pasan por una serie de reacciones emocionales que ya  han sido descritas muchas veces en psicología El nacimiento de un hijo con una condición de  discapacidad también va a generar este cúmulo de reacciones y procesos

Cuando nos referimos al término discapacidad (ya sea física, psíquica o sensorial) debemos tener presente las repercusiones que ésta tendrá para el niño y para su entorno más próximo, en especial para los padres y sus familias , quienes pueden pasar por diferentes reacciones emocionales ante la llegada de un hijo con discapacidad.

Estas reacciones emocionales se pueden manifestar en sentimientos de dolor, duda, culpabilidad, angustia o temor entre otras muchas. Todo esto puede repercutir en un desequilibrio emocional, social y económico que, debido a la falta de orientación y conocimiento sobre el problema, puede derivar en una atención  inadecuada para el hijo.

La duración e intensidad de éstas reacciones también  pueden variar , pueden reemplazarse una a otra, presentarse simultáneamente o, incluso, no presentarse. Lo que si es común a todas es que existen pensamientos directamente  relacionados con la discapacidad del pequeño. Estos pensamientos suelen referirse a creencias sobre la situación de su hijo  y surgen preguntas tales como  “ ¿ por qué a mi?, ¿ lograré ser una buena madre / padre?, ¿como fue que sucedió esto ?, ¿ a dónde tengo que llevarlo? , ¿ logrará ser feliz?,    ¿ como va a aprender? Y muchas otras preguntas más.

No existe una receta mágica para dar una respuesta universal que garantice resultados positivos, porque cada niño es una historia de vida personal de él como individuo, de su familia y del entorno que le rodea. Pero si quisiera compartir con ustedes una serie de consejos que a través de los años he observado que funcionan con los chicos y las familias que he tenido la dicha de trabajar.

 

1-Hay que darse  la oportunidad de sentir las emociones y vivir las etapas

Negación, tristeza, ira, duda, ansiedad, miedo… estos y otros sentimientos son normales y, sobre todo, humanos. Los van a experimentar, pero vívanlos sin sentimientos de culpa hacia si mismos o hacia otros. Todo es parte del proceso y los van a superar .

2- Tiempo para el desahogo

Necesitan desahogarte, hablar de todo lo que están sintiendo y llorar de vez en cuando. Hay que dejar que las  palabras y las  lágrimas liberen esa carga que llevan dentro. Hablen con expertos, con un consejero o con un sacerdote; las palabras de consuelo son un bálsamo para el alma.

3- Actuar cuanto antes

Las terapias  deben empezar desde el inicio ha ser  parte de la vida de  sus  hijos ,  estas terapias ayudan  a superar muchos obstáculos en su desarrollo. Comiencen  cuanto antes con las recomendaciones, terapias y tratamientos que indique el médico, les van a ayudar a tus hijos y a ustedes como papás.

4-Establecer contacto con otras familias

Hablar con otras familias que viven la misma situación ayuda mucho a comprender cómo será ese futuro que les  causa tanta ansiedad. Cuando pueden hacerse  una imagen más clara de la situación, la ansiedad comenzará a desaparecer. ¡No hay nada más desesperante que la incertidumbre! Buscar grupos de apoyo proporciona otras experiencias de vida por quienes ya han pasado por las mismas situaciones

5-Dejarse sorprender y ayudar es una buena idea

El apoyo de la gente  les va a sorprender. Actualmente hay un entendimiento más profundo de las necesidades especiales, y existe una cultura más incluyente y comprensiva. Aunque al principio  puede costar trabajo comunicar la situación especial de tu hijo o hija, una vez que lo hagan se  darán cuenta de cuántos corazones compasivos existen con un gran amor por los niños diferentes. No tienen que ser super mamá o super papá el 100% del tiempo, el resto de la familia, los amigos, las personas cercanas, pueden relevarlos de vez en cuando de sus roles y a la vez disfrutar de la maravillosa experiencia de criarlos juntos.

6-Un día a la vez

Se vive un día a la vez. Piensen de vez en cuando” hoy mis hijos están bien, están contentos, se sienten amados e importantes”. Ellos no saben que son diferentes a otros niños, sólo saben que son muy queridos y eso los hace inmensamente felices y a ustedes  también. Cualquier situación difícil  que enfrenten  , más tarde o más temprano tendrán solución

7-Aceptación, serenidad y alegría sobrenatural

La aceptación y la serenidad llegarán cuando menos lo esperen, así que prepárense  también para experimentar alegrías sobrenaturales. Sus avances personales serán  más emocionantes que ganar una medalla olímpica.

Aunque el momento del diagnóstico es muy duro, tengan  la certeza de que tienen  en sus brazos a alguien que constantemente les hará volver el rostro al cielo y decir “¡Gracias, Dios mío! ¡Gracias por hacerme tan feliz!”.

 

Patricia Salazar Villalobos

Lic. En Educación Especial con énfasis en Discapacidad  Intelectual

One to One. Asesorías y Coaching Educativo

www.onetoone.cr

Teléfonos :  Oficina : 2236 6660

Inteligencia emocional: el éxito más allá de los números

En los últimos años he podido ver cómo cada vez más frecuentemente las familias se empeñan en que su hijo sea “exitoso” desde los primeros meses de vida. Buscan que sus bebés asistan a clases de estimulación temprana, aprendan más de un idioma, asistan a clases de natación, por mencionar algunos. La pregunta que surge entonces es: ¿queremos que sean nuestros hijos un número más? o ¿queremos personas realmente exitosas?